martes, 31 de diciembre de 2013

Bien siempre

Las tortugas trepan al tronco flotante. La pequeña se sube y se queda quieta, asida con las garras; apenas empieza a parecer a gusto cuando la grande sube y su peso hace girar el tronco; caen las dos. La pequeña sube otra vez y vuelta a empezar; con suerte, cuando la grande sube no voltea el tronco de inmediato, sino hasta que camina.

Alrededor del acuario están mis dos plantas, y hay dos alcatraces en una botella. El sol le daba un color muy bonito a todo; ahora se ha escondido un poco. Así está el mundo animal y vegetal de mi habitación: sin apego y sin enterarse... están bien siempre, estén como estén.

Silvia Parque

La evidencia

Los recuentos pueden hacerse de muchas maneras: la cuenta de lo bueno, de lo malo, el pase de lista a los eventos, las cosas y las personas. Este año me salté el recuento de los doce meses que pasaron, pero hoy supe que el año me trajo, sobre todo, la evidencia de la presencia en mi vida de personas que me han amado.

No hay evidencia más concreta que la apariencia de pérdida.

Silvia Parque

Después de los héroes

Supongo que casi todos crecemos con héroes. Hay un punto en el camino, sin embargo, en el que algunas personas nos asumimos en el lado de los no-heroicos, nos salimos de la carrera (nada más se trata de estar) y encontramos identificación con otros que también se salieron y empatía con los que perdieron o van atrás -que no es lo mismo que haber elegido jugar a otra cosa-.

Fui una niña católica con especial afecto hacia Poncio Pilatos. Me parecía terrible cómo tanta gente se ocupaba de señalarlo semana con semana. La superioridad moral es uno de los triunfos que más me hace hacerme a un ladito. Como casi todos, prefiero a los que se parecen a mí.

Silvia Parque

domingo, 29 de diciembre de 2013

El pequeño peso del pendiente

Hace meses me hicieron una magia buenísima. Tenía horas diciendo que haría un oficio, pero me ponía a hacer otra cosa, no lo hacía, lo recordaba, me dirigía a hacerlo, me ponía a hacer otra cosa y lo mismo repetidamente. No urgía, pero cada vez que lo recordaba era como un pequeño peso que podía descargar y seguía cargando: el pequeño peso del pendiente.

Hasta que mi compañera escribió en un post-it rosa: "hazlo ya" -¿o "hazlo ahora"?-, y me lo dio. Me dirigí a mi oficina, pegué el post-it en la pared frente a mí, y como encantada, redacté y envié el oficio, rápidamente y bien. Es evidente que esta pluma de Dumbo funciona porque viene de fuera de mí. La apropiación de esa autoridad es la señal de que estamos listas para la autonomía.

Silvia Parque

Tener más años

Por existir nada más, dejando que pase el tiempo, no se aprende ni se crece ni nada que sea valorable en sí mismo; lo que cuenta de tener más años, es la experiencia, la conciencia adquirida o despertada.

Otra cosa es lo valiosa que pueda resultar una vida de mucho tiempo, como objeto de estudio, como evidencia/testimonio, como ejemplo -de lo bueno, de lo malo o simplemente de algo-.

Silvia Parque

sábado, 28 de diciembre de 2013

Estrenando frío en Querétaro

Nací y me crié en un lugar de clima extremoso, que acabo de visitar. Ahí, cuando hace frío: hace frío; uno de esos que cortan la piel, al que le tengo mucho cariño; le hace a una sentirse viva, como si la Tierra saludara con bofetaditas: "¡eh!, ¡mira mis bajo cero!, ¡siente!"

De cualquier modo, cuando está fresco o frío en Querétaro, me arropo. Mi diferencia respecto a muchos queretanos es que siento pero no sufro el clima, que me parece siempre moderado. Hoy, sin embargo, cuando mi consulta en Google dice que estamos a 8°C con vientos de 5 km/hr y 93% de humedad, tengo un frío como para que sea tema y publicarlo.

[Creo que paso por un bondadoso resfriado, que hace de amplificador de la sensación de baja temperatura. Es genial que no ocurriera en el rancho grande, donde sí se duermen los dedos cuando las manos no están enguantadas.

Ojala todos, allá y acá, tuvieran con qué taparse...]

Silvia Parque

viernes, 27 de diciembre de 2013

Salud

El día de hoy recibí una buena noticia sobre la salud de una persona y tuve la agradable visión de todas sus posibilidades abriéndose paso.

La conciencia de que el tiempo va en cuenta regresiva mueve a vivir con la plenitud posible. A menudo necesitamos la cercanía -el recordatorio- de la muerte -de una manera u otra- para tomar esta conciencia.

Se habla menos de la conciencia de la vulnerabilidad al dolor y la incapacidad y es igual de importante; con esta conciencia apreciamos el bienestar del que gozamos y desarrollamos empatía hacia quienes padecen.

Silvia Parque

No es que los dueños de los acuarios sean sensibleros...

La navidad no había llegado al acuario de mis tortugas, que enfrentado a unas vacaciones y a una mudanza de muebles, ha visto posponer la imprescindible limpia de lama, sin la cual no puede ser habitado. Finalmente está aquí el calentador -necesario gracias al cambio climático-, cuya ausencia servía de pretexto para no limpiar ("porque de todas formas el agua estará fría y no pueden estar en el agua fría"). Aprovechando el viaje, en la bolsa con el calentador están también, el suministro de calcio de cada tanto, un tronco viejo, y gusanitos.

Es importante que las tortugas coman alimento vivo, y las opciones suelen ser artemia o gusanos. Antes, los charales también eran opción; pero ya no. Un día, alguien con la encomienda de comprarlos, fue y vino sin lo encomendado y me anunció que estaba prohibido vender charales como comida de tortuga. Cuando intenté comprarlos yo misma, lo comprobé. El encargado de ese acuario no me cae bien ni parecía dispuesto a dar explicaciones, así que no hice preguntas. Me pareció tonto-tontísimo que mis tortugas no pudieran comer sus pecesitos, como si por vivir en casa, tuvieran que civilizarse. Discutir la legitimidad de que el ser humano, como animal omnívoro que es, mate animales de otra especie para alimentarse, puede tener sentido; ver restringida la dieta de mis tortugas por no matar charales, me pareció lo que menos, tonto-tontísimo. Pero hoy compré en el acuario de un ictiólogo que me cae bien y da explicaciones, así que pregunté por el asunto de los charales. La  SAGARPA los ha considerado en peligro de extinción, y les está protegiendo. Aunque mi experto de cabecera cree que no están en peligro, en este tema me inclino más a creerle a la dependencia de gobierno.

Silvia Parque

jueves, 26 de diciembre de 2013

De vuelta a casa

"Céntrate pues en lo que viene, y en todo aquello que te ilusione [...]". Inma

Luego de un tour que abarcó varios cientos de kilómetros, eventos y personas, tengo la cálida sensación de estar en casa. Saludé a mi habitación con el mismo gusto de casi siempre, pero ahora dándole estatus de hogar (contribuye el frío de afuera, que entra por las ventanas que no puedo cerrar y pierde contra la frazada con la que me envuelvo).

No tuve tiempo de colocar mi nacimiento antes, pero estará puesto la noche de fin de año. Son figuritas de cartón en colores vivos. Me pareció muy apropiado, por lo alegre, por lo económico, como quien dice "vamos a encargarnos de que haya lo que hace falta, con lo que hay para que haya (a lo mejor, porque hace falta)". Enseguida habrá una vela.

Silvia Parque

lunes, 23 de diciembre de 2013

Volver al norte

Ya tenía algo de norte en la congregación familiar a propósito de la boda: las palabras, la forma de bailar... pero de eso he tenido un poco de cuando en cuando, y no es el norte en realidad. El norte llegó cuando empecé a ver llano desde la ventana del coche carro. Pasando por Zacatecas, me saludó el frío. En Coahuila, pedí chuleta de res.

Ya en el rancho grande, abrí los ojos con las luces que rodean el lugar donde viví; llegué a una casa en la que viví. Amanecí contenta.

Silvia Parque

jueves, 19 de diciembre de 2013

Cambio de planes

Pensaba en que estos días podían etiquetarse con la leyenda "cambio de planes", y noté que es el título del año entero. Tiré mi agenda 2013 hace casi un mes.

Más vale dejar pasar, lo más rápido posible, lo que sea que nos cambie la jugada... cualquier jugada.

Silvia Parque

Cómo no cambiar las cortinas

Si usted es impaciente, comprar cortinas detonará automáticamente todo lo demás; si no lo es: no siga los siguientes pasos...
  1. Mire las cortinas puestas. - - Entienda la mecánica del cortinero. Si no la entiende: mire otros tres segundos.
  2. Ubique los objetos disponibles para hacer de escalones. Haga un estimado entre su estatura, el alto de dichos objetos y la altura del cortinero. - - Elija el objeto más cercano para trepar a él, y trepe. 
  3. Una vez en lo alto, no espere: quite el cortinero. Cuando esté haciendo equilibrio con el cortinero en la mano, su radar detectará cuántas cosas pueden ser golpeadas por el armatoste cuando caiga, pero su instinto de supervivencia la pondrá a salvo a usted, caiga lo que caiga.  
  4. Recobre la compostura, y saque la cortina del cortinero.
  5. Abra el empaque de su cortina nueva, para que pueda descubrir que una ilustración de dos piezas, no significa dos piezas dentro del empaque.
  6. Ponga la cortina nueva en el cortinero, aunque sea evidente que no va a cubrir el espacio de la ventana. Sea creativa: quite la cortina de otra ventana. En cuanto a la ventana que queda descubierta: sea creativa...

Silvia Parque

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Las llaves sin llavero

Las llaves sin llavero, se pierden. Es una de las generalizaciones de la edad adulta. No tiene por qué ser así. Seguramente no siempre es así. Pero mientras en la niñez una se fija en la posibilidad innegable de lo que tiene poca probabilidad, con varias décadas de experiencia se hacen apuestas a lo seguro. Dada la imposibilidad de algo completamente seguro, al menos se define lo inseguro, para señalarlo y tratar de descartarlo.

Luego está el otro paso: la tendencia a mencionar eso definido como inseguro, instando al otro a también descartarlo. Se hace por el bien del otro, pero sobre todo, para sostener el andamiaje del sistema seguro en el que una vive. Así que si alguien trae sus llaves sueltas, escuchará: "las llaves sin llavero, se pierden".

Silvia Parque

Tetris real

Jugar tetris es una excelente preparación para meter una casa dentro de las cuatro paredes de una habitación. Los caprichos neuróticos tipo "todo X va junto a un Y", suben el nivel de dificultad.

Hay que ponerle "timing" al acomodo, porque en un descuido se escurren dos semanas de vacaciones sin condiciones aptas para la vida humana.

Silvia Parque

martes, 17 de diciembre de 2013

Esos momentos

La vida tiene esos momentos en los que vuelves a ponerte el saco que habías guardado al terminar el invierno, y encuentras un billete en la bolsa. A veces, incluso, tienes hambre y en lo que consideras la idea de ir por comida, volteas y ves un paquetito bien envuelto, que inmediatamente reconoces como el muffin que no terminaste por la mañana :)

Luego están los tragos a la leche descompuesta. Pero, ¿quién no huele primero lo que se acerca a la boca? ¿Quién no confía en lo que está oliendo, y comprueba con el gusto? Si la culpa no es de la leche...

Silvia Parque

Lo que le toca al día para cansar

Cansan los quehaceres: lo que efectivamente se hace, y la sombra de lo que queda pendiente. Después de los treinta, cansan los días llenos, aunque estén llenos de cosas buenas y deseadas.

Cansan más que otras cosas, las frustraciones y los disgustos. [A este par mejor no hacerle lugar: que pasen de largo.]

Silvia Parque

El gadget "seguidores"

Hay cosas que pasan en blogger, que superan mis facultades. Sé que no es necesario ser detective para encontrar respuestas, ni ser programadora para entender los procedimientos que resuelven la mayoría de las cosas; pero se queda como pendiente para el año que viene, entenderme mejor con lo que hasta ahora son misterios del mundo del blog.

Por ejemplo, ya no veo los recuadritos de imágenes en el gadget de "seguidores". Voy a esperar que aparezcan, como volvieron a aparecer las estadísticas desaparecidas alguna vez...

Silvia Parque

lunes, 16 de diciembre de 2013

El paquete completo

Así como no se vale ser papá de fin de semana, ser pareja tiene que ver con permanecer cuando la cosa no está bonita.

No creo que vivamos en una época de falta de compromiso; si se sabe observar, se encuentra compromiso del de siempre y nuevas formas de vivir diversos compromisos; pero creo que sí es verdad que se va extendiendo una tendencia a no aceptar/asumir el paquete completo en las relaciones con las personas... como quien deja los chícharos en el plato.

Silvia Parque

De lo que ha estado pasando y lo poco que sé

Cuando ocurre algo importante en la vida de una nación o un Estado -que no son la misma cosa-, hay quien argumenta a favor y quien argumenta en contra del asunto, y muchos que no argumentan, pero lanzan arengas -también a favor o en contra-. A quien le interese el tema puede leer del lado que más le guste o leer surtido (de los de "a favor" y los de "en contra"); pero no puede sustituir años de formación con unas horas de información -y menos con un rato de palabras e imágenes-.

Últimamente, cuando leo las notas sobre la reforma energética o los cambios en materia electoral, o los motivos de las manifestaciones -cada vez más frecuentes- y las opiniones sobre las mismas, lamento un poco -solamente un poco porque estoy centrada en otras cosas-, las faltas en mi educación y mi poca aplicación para remediarlas. Sin embargo, parece que mi preparación supera a la de muchas personas encargadas de legislar, gobernar y proteger a la nación y al Estado, y no lo digo orgullosa de mi preparación, así que esto lo lamento más. 

No es necesario que cada diputado, procurador o gobernador sea una eminencia; pero para tener criterio se necesita saber, para saber se empieza por conocer, y parece que muchos, lo que mejor conocen es cuánto van a cobrar. Otra cosa es en dónde está su interés. Qué bien estaría que su interés fuera el bien común.  

Silvia Parque

Ecuaciones

Mudanza de muebles más viaje corto, sobre mujer medio holgazana = desastre en la habitación.

Pre navidad más boda menos agenda, a la potencia de inicio de vacaciones = no sé qué día es hoy.

Silvia Parque

jueves, 12 de diciembre de 2013

Huevocartoon

Hace muchos, muchos años, cuando no había internet en las plazas públicas, y una página tardaba en cargarse lo que una tardaba en servirse refresco con hielo, conocí el mundo de Huevocartoon. No sé si había Youtube; creo que no. Ahora que producen en gran cantidad, creo que tienen muchos ¿spots? con poca gracia... al menos, no de mi gracia. Pero siguen siendo lo buenos que son.

Silvia Parque

Dolor en los dedos de las manos

Es muy doloroso:

- Enterrarse algo entre la uña y el dedo.
- Punzar entre la cutícula y el dedo.
- Cortarse las yemas o esa articulación que hace que el dedo se mueva (especialmente con una hoja de papel).

Ya se sabe que para los dedos de los pies, no hay cosa peor que un choque con la pata de la cama.

Silvia Parque

Las llaves en la bolsa negra de mano

Por razones que no vienen a cuento, en este momento no tengo llavero. Por razones desconocidas, la bolsa interior de mi bolsa negra de mano, tiene un agujero en una esquina. Esto significa que cuando más se les necesita, las llaves pueden sentirse pero no verse, ni tomarse. La pregunta es: ¿cómo se las arreglan para escabullirse por un agujero a través del cual resulta tan complicado traerlas de vuelta?

Silvia Parque

miércoles, 11 de diciembre de 2013

El silencio


Cultivar el silencio es una forma de conservar nuestro poder.

Dejar un espacio de silencio en una conversación, permite pensar en lo que el otro ha dicho y en lo que una va a decir. Conservar el silencio donde no hay posibilidad de provecho al hablar, protege de dispendios de energía.

Silvia Parque

Regalos decembrinos

Los comerciantes dirán que es época de regalar, y los evolucionados sociopolítica o espiritualmente, dirán que es época de consumismo. Parece que mucha gente se ve en el compromiso de hacer regalos a quienes no querrían dárselos, y que mucha gente se preocupa por lo que va a gastar... Hay quienes señalan que lo importante de las fiestas de diciembre debería ser tal cosa o tal otra diferente a esto de los regalos. Yo, en cambio, aplaudo a regalos y a regaladores. Y me refiero a objetos concretos, no a palabras y abrazos.

Hay que rescatar el valor de las cosas que se pueden envolver. Se me dirá que tantas personas comprando hasta lo que no pueden pagar, son señal de que las cosas se valoran. Pero no lo creo. Eso no es darle valor a las cosas. Es el equivalente en adulto, del niño incapaz de recrearse en un regalo porque está ocupado en llevar la cuenta de los que ha recibido y ansioso por recibir el siguiente -si me fijo: además está cuidando cuántos regalos tiene el niño de junto-. Darle valor a las cosas es investir un objeto con cariño, entregar en un objeto, la buena voluntad. Y es que vivimos en un mundo material; nos gustan las cosas que consideramos bonitas, buenas o divertidas, y si hay algo mejor que recibirlas, es obsequiarlas.

Un regalo es una muestra de aprecio que a veces tiene mensajes importantes: el collar que un hombre le da a una mujer puede decir "te amo"; el que le da una mamá a su hija puede decir: "sé que eres una mujer hermosa". Según la situación, una tarjetita con un dibujo puede valer más que todo lo exhibido en una joyería. Algunos regalos se conservan o se recuerdan para siempre.

No hay por qué ajustarse a regalar cuando la convención social dice que toca hacerlo, ni a las personas a quienes no se les quiera regalar; pero qué pena cuando alguien lo que hace es escatimarse el gusto de dar y recibir.

Silvia Parque

Cierre

En donde trabajo se hace un cierre cada cuatrimestre, en el que se da cuenta de lo se que hizo; por ejemplo, cuántas personas fueron atendidas y cuántas veces se les atendió. Eso requiere tener en orden bases de datos, carpetas con evidencias, etc. Como cada cuatrimestre, no está todo "en su punto"; pero es cosa de ponerse a hacer.

Fuera del trabajo es más difícil. Aunque una no tiene por qué casarse con el fin de año como momento de cierre personal, hay una fuerte invitación cultural para que así sea. Este tipo de cierre requiere tener en orden las ideas y ser capaces de observar las evidencias de lo que fue. A veces no todo está "en su punto", y no es tan simple ponerse a hacer.

Silvia Parque

lunes, 9 de diciembre de 2013

Prioridades

Primero, estar bien. Luego, crear posibilidades para estar mejor.

Primero lo que gusta. Luego lo que se necesite. En cuanto se pueda, lo que convenga.

Primero el amor, sobre cualquier cosa. Luego, lo que el amor diga que sea.

Silvia Parque

Conociéndonos

Mi elegantísima laptop es mucho más delgada y liviana que la anterior, y tiene la pantalla más grande -creo que hasta con mejor resolución-. Ha sido un amor a primera vista, aunque creo que no es completamente correspondido. La espuma para limpiarla ya está en la lista de "por comprar", con lo que espero ganarme su aprecio. Entretanto, Windows necesita actualizarse cada vez que enciendo la computadora. Los ficheros del antivirus también se actualizan a cada rato, pero esos no impiden nada; se actualizan y una a la suyo. Windows, en cambio, no me deja entrar hasta que termina, y tampoco me dice cuando realmente va a terminar, porque termina una actualización y sigue otra.

Silvia Parque

Relación de acontecimientos habitacionales

Un poco de lama: una plaga de lama --- tortugas molestas por permanecer en su comedor: tortugas libres entre cajas, bolsas, ropa, libros, y todo lo que se apila en el piso cuando hay mudanza.

Silvia Parque

domingo, 8 de diciembre de 2013

Utilidad del cansancio

Cuando el cuerpo ya no puede estar en pie, cuando hay que echarse en la cama o donde se pueda, ya tampoco queda gran batería para darle vueltas a lo que nos abruma. Así que es bueno cansarse porque ayuda a rendirnos y rendirnos es un paso previo a cierto tipo de evolución.

Con la manera de trabajar de AA resulta evidente: el alcohólico ha de rendirse a la realidad de que tiene un problema del que no puede salir por sí mismo. Usualmente no nos rendimos hasta que nos sentimos vencidos. Nunca es tan claro como en el cuerpo.

Silvia Parque

Lo que una quiere

Una cosa es lo que una quiere. Otra cosa es dónde está lo que una quiere. Hay que saber una cosa y la otra.

Luego, habrá que hacer algo al respecto.

Después, cualquier cosa puede pasar; entre todo: dejar de querer lo que se había estado queriendo o notar que está en otro sitio.

En cualquier caso, algo habría que hacer al respecto.

Silvia Parque

Ver de lejos

¿Has visto a la gente que quieres, de lejos? En lo suyo que no es lo tuyo, conversando o trabajando. Es de las cosas que hacen saber-sentir que quieres a alguien; de ese querer que no es amar pero suele ir junto-con. Le ves y te sientes orgullosa. Es de lo más emocionante cuando estás enamorada, pero puede darse en cualquier querer. Digamos que la mamá va al colegio de su hijo a pagar la colegiatura y que atravesando un patio, le toca en suerte mirarlo en clase de Educación Física, sin que él se dé cuenta, sin que ella esté ejerciendo de mamá en el sentido de echar porras, de cuidar o corregir; solamente va pasando y lo ve, ni siquiera puede quedarse a contemplar; lo ve ser como es y le gusta lo que ve.

[He visto la foto que mi mamá pone en su currículum.]

Silvia Parque

sábado, 7 de diciembre de 2013

¿Qué te molesta?

Entender qué es lo que duele, enoja o frustra, es de gran ayuda para que el dolor, el enojo o la frustración, no den origen a sufrimiento, odio o desesperanza. A veces, entender lleva a comprender, y comprender trae alivio, incluso de inmediato. Pero hay que entender con claridad: despejando la variable indicada.

Supongamos que una mujer está esperando que su novio pase por ella para ir a un evento; ya es tarde, y ella está molesta. Es evidente que está molesta por la situación; pero no es evidente qué le molesta de la situación; de hecho, ella puede no tener idea de qué le molesta:

Puede estar molesta porque está esperando, porque llegará tarde al evento, porque a él no le importa llegar tarde o porque no le obedece -por ejemplo, respecto a la hora en que debería haber salido de su casa-. Cada una de estas razones puede desglosarse, y cada una tiene caminos diversos, hacia atrás y hacia adelante...

Silvia Parque

He ahí Palau, en inglés

Taty invita a leer su blog sobre Palau, que está escrito en inglés. Apenas le hice una visita rápida que me permitió ver fotos hermosas y despertó mi interés. El primer párrafo lo tuve que leer tres veces. Es el punto exacto en el que algo cuesta esfuerzo, y a mí que soy una consentida que ha sido melindrosa, el esfuerzo no se me da mucho. Escribo esto, primero como pretexto para mencionar el blog de Taty y publicar el vínculo, y luego esperando que escribirlo me dé un empujoncito para continuar leyendo. La suficiencia en el manejo de un idioma, se consigue con la práctica, y la práctica es cuestión más de interés que de otra cosa.

Silvia Parque

Aprendiendo a decir "no"

Cuando los niños pequeños aprenden a decir "no", aprenden mucho más que una palabra. Antes de eso, sus reacciones de rechazo o de molestia son simplemente reacciones de un animalito inteligente. Que se detuvieran cuando oían "no", respondía al mismo condicionamiento al que responde un perrito.

La consecución del aprendizaje de tan importante concepto, sucede al tiempo del aprendizaje de la palabra y los gestos para decir con claridad "no". Como fascinada por esta adquisición, la personita empieza a decir que "no" a muchas cosas; sobre todo al hecho de que alguien tome algo que es suyo -o que considera suyo-. Está ensayando. Está probando. Es genial: dice "no", y algo sucede. De lo que suceda, dependen algunas conclusiones básicas que empleará para moverse en el mundo.

Decimos que "por favor" y "gracias" son palabras mágicas, pero "no" es mucho más poderosa. Digamos que es magia avanzada y muchas de nosotras, temerosas de sus efectos, la guardamos -más a fuerza que con ganas-, en un lugar remoto del que no podemos acordarnos... tal vez en una caja de plata y hierro cubierta de cera.

Pero resulta que el "no" es la herramienta que labra los límites de nuestra identidad, y apuntala el ejercicio de la voluntad. Así que nos hace falta. Un día despertamos y más que ninguna otra cosa, necesitamos volver a aprender a decir "no". Ir a buscar el "no" originario, resulta oneroso. Ya se sabe que es común que cuando algo se pierde, apenas conseguimos un repuesto, aparece lo perdido.

Silvia Parque

jueves, 5 de diciembre de 2013

En la cama y en la cárcel...

La primera vez que visité a una persona enferma, me di gusto porque era "el niño" que me gustaba. Al día siguiente volví a visitarlo, esta vez con el grupo de amigos, y su mamá dijo esa frase, que yo conocía pero nunca nadie me había dicho -aunque nos la dijo a todos, no a mí sola-: "En la cama y en la cárcel se conoce a los amigos". 

Qué diferentes pueden ser las situaciones en las que se acompaña, apoya o asiste a una persona enferma: acomodar la almohada y preparar un té; hacer gestiones; estar al pendiente del sueño y la vigilia... Qué diferente si es un niño, un joven, una persona de mediana edad o un anciano... si es familiar, amigo, el vecino...

Silvia Parque

Yo no soy trabajadora

Ayer decía en Twitter que cuando hay mucho trabajo -en el trabajo-, constato que no soy trabajadora. No es que me haga falta constatarlo, me queda muy claro hace mucho; pero sucede que lo constato.

Entiendo que "ser trabajador" es algo que se aprecia en nuestra cultura. Yo no puedo perder de la mira que es sobre todo apreciable para quienes son "patrones"... por supuesto, me ha resultado conveniente trabajar con personas trabajadoras. Pero no aprecio la característica en sí misma; por ejemplo, nunca he pensado "quiero un hombre trabajador". 

Alguna gente ha creído que soy trabajadora porque soy aplicada y responsable. Pero no; hay tareas laboriosas a las que puedo dedicar mucho tiempo y esfuerzo, con gusto; pero es porque me gustan. Suelo hacer lo posible por zafarme de lo que no me guste; es más: si se requiere un buen tiempo y verdadero esfuerzo, termino tratando de librarme de lo que no me guste mucho.

Lo mío, lo mío, es vivir bien -ya será lo que mejor se me dé, como al niño de Matt-.

Silvia Parque

martes, 3 de diciembre de 2013

Sensiblería

No me gusta la sensiblería; la entiendo como fenómeno social; pero no me gusta.

El mundo no necesita que le agreguemos drama a lo malo, ni que decoremos lo bueno. Ese agregado a veces anuda a las personas en la frustración y ese decorado desvía la atención de lo realmente valioso.

Creo que la sensiblería es protección; pone distancia del sentimiento auténtico, que crudo pueden vivirse como "muy-demasiado".

Silvia Parque

Bebo leche

Bebo leche para mujer: descremada, deslactosada, ultrapasteurizada, adicionada con fibra, vitaminas  y minerales; gracias a lo anterior, sin grasa y con antioxidantes: un lujo de mes festivo; usualmente mi leche no es "femenina", y nada más cuido que sea al menos semidescremada, dando por descontada la pasteurización [AQUÍ mi encuentro con la leche ruda].

Hace años escuchaba un programa de medicina alternativa, en el que uno de los puntos recurrentemente explicados, era que a los humanos no nos hace bien la leche de vaca -que le hace bien a los terneros-. A mí me cae muy bien, a menos que beba más de medio litro de un tirón; pero gracias a que me he seguido topando con información sobre el tema, puedo saborizar la experiencia de mi leche con el plus de lo cuasi-indebido.

[Otro asunto es el de las malas condiciones de vida de las vacas lecheras. No me enorgullece mi consumo.]

Silvia Parque

Chocolate

Soy amante del chocolate. Me gusta en combinación. Además de los encuentros clásicos entre el chocolate líquido o en polvo, y la fresa, el plátano, el helado o el panqué, me gusta comer chocolate -el típico que se compra como golosina- y teniéndolo en la boca, dar traguitos a un café cargado. Puede ser la locura si los traguitos son de Coca Cola helada -que esté helada es importante-.

Hoy supe que, además, una galleta harinosa puede subir tres niveles si se le da una mordida a la galleta y luego una mordida a la tableta de chocolate.

Silvia Parque

lunes, 2 de diciembre de 2013

Cosas por descubrir

El mundo está lleno de cosas por descubrir. Por ejemplo: ¿qué pasa con el pedacito de papel aluminio que tapa el orificio de las cajitas de jugo o de leche, en el que se mete el popote? Si al terminar el jugo o la leche, se abriera la cajita, ¿estaría ahí el pedacito de papel -pegado en una de las cuatro paredes, quizá-?

Bastaría abrir la cajita para descubrirlo; pero así sin abrirla, queda el mundo tan lleno de cosas por descubrir, que es un gusto.

Silvia Parque

El sino de diciembre

Para los adultos, diciembre puede ser un mes rebosante de comida, el mes de un muy esperado aguinaldo, o lo que a cada cual le resulte más relevante.

Cuando el momento vital se pone intenso, puede cargarse de vibra pesada en función del corte con las intenciones que tuvimos más de una decena de meses atrás, y de todas las asociaciones que traen las fiestas, en relación con la familia, la felicidad y tremendeces por el estilo. En tal caso, recomiendo sacudir al momento vital.

Silvia Parque

Mensaje a las personas tristes

No se preocupe por estar triste. Como seguramente le han dicho: se le va a pasar. Puede que usted crea que no se le pasará o bien, que haya resuelto que no se le pasará -en cuyo caso, probablemente no se le pase-; igual no se preocupe: la tristeza durará lo que va a durar. Ya tiene suficiente con estar triste; deje la preocupación de lado.

No se moleste con usted. Probablemente ya esté molesto por alguna cosa asociada con el origen de su tristeza; no le agregue una molestia con usted mismo; como le decía: ya tiene suficiente con estar triste. ¿Cree que no debería estarlo? Si lo cree, parte de la premisa de que está mal estar triste y no: no está "mal" estar triste: puede ser inconveniente, puede ser problemático, pero no es algo "malo".

No se fastidie. Tal vez haya dado cabida a los sermones de gente bienintencionada que quiere sacarlo de la tristeza; tal vez haya intentado salir de ahí para caer como un oso patinando sobre hielo y sentirse tan torpe como un oso obeso y borracho patinando sobre hielo delgado. No trate de salir de la tristeza hasta que necesite hacerlo, entonces encontrará el modo: su modo, con calma.

Descanse, consiéntase, téngase paciencia. Está usted triste: consuélese, hágase cariñitos -literalmente- y llore -si puede y quiere-. Si no se siente mejor después de darle este espacio libre al sentimiento que por algo llegó -un espacio no cronometrado-, ya pensará en lo que hay que hacer.

Silvia Parque

sábado, 30 de noviembre de 2013

Cerrado por derribo

Luego de unos días muy cansados, física y psíquicamente, sin internet en casa y con el referido cansancio concentrándose en los ojos a falta de lentes, pensé en escribir una entrada del blog que se llamara como la presente, en sintonía con lo que podía esperarse de mi persona. Pero se descansa; he comprado lentes de contacto -la semana que viene llegarán los anteojos-, y las ganas de hacer tocan tan fuerte que con todo y el cuerpo resentido, mi ánimo decreta que estamos "a punto de abrir porque me da la real gana"; es más, estamos abiertos aunque tenga usted que pasar y atenderse por sí mismo... Esto quiere decir, ya en lo real concreto, que por ejemplo, pedí a la jefa oportunidad de hacer hoy lo que quedé de entregar ayer -que se esperaba entregara antier ya que no fue entregado antesdeantier-.

Cansada y todo, aprecio lo bueno: en los momentos difíciles se resuelve si aprendimos o no las lecciones de los momentos difíciles anteriores. Es cuando se vive diferente o no, lo que antes vivimos de un modo que resolvimos que preferíamos distinto -no tanto por lo que sentimos en su momento, que no cambia a voluntad, sino por las decisiones y los actos, que sí son gobernables-. Y cuando sucede que vivimos la misma cosa pero la vivimos diferente, por más difícil o pesado que sea el momento, hay algo esperanzador que se siente bien. Además, por supuesto, los momentos difíciles-duros traen consigo la oportunidad de identificar lo acompañada que está una. En ese sentido, me siento agradecida hasta la emoción de lagrimitas en los ojos, por lo afortunada que soy [y ya que estoy en el blog, sirva el pretexto para mencionar que entre lo más animador de la temporada, está seguir encontrando comentarios, a pesar de escribir mucho menos que normalmente].

Silvia Parque

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Notas sobre el sentido

- Darle sentido a la realidad alivia la angustia; organizar significados alivia la ansiedad.

- Hay que distinguir entre el sentido y el significado. El sentido articula un "para qué" último con un "por qué" fundamental y permite la comprensión, diferente al entendimiento que se relaciona más bien con el significado.

- No creo que la captación del sentido pueda provenir de una misma, aunque es una quien articula los elementos del sentido.
- - El sentido es una construcción social y el sentido que cada cual logramos construir respecto a una situación u otra, se origina en función de la relación con el Otro -con mayúscula- y en relación con la mirada del otro -con minúscula-.

Silvia Parque

martes, 26 de noviembre de 2013

Estar contenta depende de

Estar contenta no es una cuestión de lo objetivo. No depende de la situación ni de las circunstancias. Que conste que no digo que sea cuestión de decisión. Solamente digo que no es cuestión de lo objetivo.

A la mayoría de las personas nos quita el contento que pasen determinadas cosas; de hecho es señal de salud mental perder el contento cuando pasan determinadas cosas. Pero no son las cosas que pasan, en sí mismas, las que provocan o eliminan el contento. Es nuestra vivencia de esas cosas, y en la vivencia influye la historia de vida, las expectativas, la comprensión, los valores en juego, etc.

Silvia Parque

lunes, 25 de noviembre de 2013

Jeremías, Foucault y las posibilidades del poder

Según aprendo de la película del profeta Jeremías: hay que hacer lo que hay que hacer.

Asumiendo con Foucault que todas las relaciones son relaciones de poder, siempre hay al menos un momento en el que tenemos poder frente a alguien, sin contar esas relaciones en las que por nuestra posición, tenemos poder, digamos "establecido". Junto con el poder viene una responsabilidad no solamente con las otras personas, sino con nosotros mismos, y a veces se pone dificultoso... puedo ignorarte o tomarte en cuenta, puedo hacer lo que creo es mejor para ti, lo que creo es mejor para mí, lo que creo es mejor para ambos; pero todo esto, en medio de la complejidad humana, puede ser más que difícil. Puedo resolver que haré lo mejor para ti con la salvedad de que no me dañe, o lo que es mejor para mí nada más si me aseguro de que no te perjudica, o las múltiples variantes en grado que esto pueda tener, sin contar con que puedo engañarme a mí misma con "qué es mejor" o "qué hago por ti y qué hago por mí", y sin contar, además, con la distancia entre lo que resolvemos y cómo atinamos a movernos en los hechos.

Lástima que como le pasaba al rey con el que hablaba Jeremías, a veces no escuchamos o aceptamos qué es lo que hay que hacer.

Silvia Parque

sábado, 23 de noviembre de 2013

Sin internet

Juego solitario como fiera enjaulada, mientras tomo ánimos para escribir algo que me ronda en la cabeza. Pero no tengo café ni Nestea, y siento que necesito el fondo de Youtube, y que no me interesa mucho nada si antes no abro blogger y veo si tengo comentarios. Así fue, entre siesta y almuerzo en partes, la mañana de este sábado de noviembre, gracias a la compañía que provee internet a la casa donde vivo.

Tengo una gran colección de textos en digital, ganas de escribir, y por si me sintiera responsable: trabajo pendiente. Pero me parece difícil ocuparme de cualquiera de esas cosas sin Twitter abierto y sin un documental de ruido de fondo. Ahora me suministro una dosis que me permita sobrevivir a las horas siguientes, todavía con la esperanza de que llegue un técnico a arreglar el problema

Silvia Parque

viernes, 22 de noviembre de 2013

Comer por ansiedad

Se puede saber que una está comiendo por ansiedad, entre otras cosas, porque no hay satisfacción; la panza puede hincharse de modo que hace imposible ignorar que está llena -hasta rebosante-, pero no hay sensación de satisfacción. No puede haberla, porque una no está buscando calorías ni sabor. Lo que una ande buscando -o necesitando-, no está en la comida.

Silvia Parque

Los votos de confianza

Los votos de confianza que dan las personas que te conocen, basados en lo buena que eres en algo o para algo, suben la autoestima.

Los votos de confianza de las personas que no te conocen, basados en la imagen que has creado o la posición donde te sitúas, incrementan tu seguridad porque aumentan la seguridad en que el mundo se sostiene en la confianza.

Aparte están los votos de quienes te conocen en las más-malas, de quienes te han visto fallar e incluso apuestan por ti cuando estás caído.

Silvia Parque

Prefiero la libertad

"Entonces fueron abiertos los ojos de ambos,
y conocieron que estaban desnudos [...]" (Génesis 3:7)

Prefiero la libertad. Elijo desear y poder equivocarme. Ni el nirvana ni la condición angelical me atraen en esta vida. Compro mi voluntad con la fecha de mi muerte, y pago con gusto; vale la pena -literalmente-.

Sé que el vacío que abro empuja hacia toda suerte de rellenos que me dejan en el linde de empeñar la libertad, o de plano esclava de la falta (deseo y error) de otros; pero no es lo mismo perder algo que no tenerlo, ni es lo mismo perder algo una misma, por la calle, en el circo, donde sea, que ofrendarlo sin estrenar en una cámara inmaculada.

Silvia Parque

jueves, 21 de noviembre de 2013

Las personas y yo

"When I was young, I never nedded anyone [...]
Don´t wanna live all by myself anymore".

Aprendo a valorar a las personas específicas. Siempre las he valorado en abstracto y en general; con un entendimiento, digamos intelectual, de su valor. En lo que podría decirse "de cuerpo presente", la verdad, no han sido lo mío. Me he llevado mucho mejor con las palabras y con las ideas. Pero toca: es ejercicio pre-requisito del aprendizaje sobre mí misma, de la temporada.

Silvia Parque

Expectativa de cordialidad

Me dice la persona que no me siente cordial. No lo estoy siendo, efectivamente; pero no lo he sido en la mayoría de nuestros encuentros. Le pregunto si estará proyectándose y asegura que no; que él es una persona muy cordial (es cierto). Le pregunto qué le hará pensar que no estoy siendo cordial. No seguimos adelante con la conversación, pero me intriga: si usualmente no soy cordial, por qué un día, en un momento, notarlo y mencionarlo. Para mis adentros, concluyo que es porque la última vez que nos vimos, sí fui cordial. Somos animales de expectativas.

Silvia Parque

Las decisiones que pudieron cambiar mi vida

Inma escribió "Las decisiones que pudieron cambiar mi vida" y le copio -así de plano-. Las edades elegidas son las que eligió ella; las mías, creo que hubieran sido otras, pero estoy copiándole. Así queda:

Despierto. Tengo 15 años. Sigo teniendo fantasías sobre irme de la casa, pero un hombre me ha dicho "tienes un amigo aquí" y ahora sé a dónde iría. Participo en un taller literario; es mucho mejor que el anterior. Estoy interesada en el mundo, leo mucho y el sexo hace fiestas en mis palabras y en mi cuerpo. Daré mi primer beso y concluiré que siempre tengo lo que quiero, aunque a veces tarde en llegar.

Despierto. Tengo 17 años. Meto a un novio en el lío de mi complejidad, mientras me meto en el lío de la complejidad del hombre a quien me voy pegando. Mi vida está llena de sexo y textos y se siente estupendo, aunque a veces me conflictúa mi casa y se me sale de las manos lo del noviazgo. Escribo menos que antes, pero he publicado algo y sé que escribir es lo que haré toda la vida. Sigo siendo una estudiante de dieces, pero la escuela ha pasado a segundo plano; se lo he dicho a mi mamá y hasta voy a reprobar cálculo -pre cálculo- y no va a importarme.

Despierto. Tengo 19 años. Estudio Psicología. Escogí la carrera porque me serviría para escribir, pero ahora escribo solamente los trabajos para la escuela; eso me apasiona. La impresión de mi primer profesor de Metodología me deja la imagen de lo que seré al graduarme. Tengo una amiga que no hubiera creído. Estoy poco en la casa. El hombre que quiero me constituye -a veces decimos que somos hermanos-; me ha hecho bonita y libre.

Despierto. Tengo 20 años. Soy la mujer del hombre que quiero. Hacemos y deshacemos en un mundo privado donde voy a vivir para siempre. Vivo un de todo increíble de goce. En cuanto a la escuela, me voy por el lado de la psicología social; lo mío será investigar y dar clase. Por cierto, aunque mi amiga y yo notamos que las profesoras que nos gustan están solteras -aunque se hayan casado alguna vez-, lo que pase para la mayoría no tiene que pasar para nosotras...

Despierto. Tengo 21 años. Quiero un anillo de compromiso. Quiero casarme. Sigue habiendo más sexo del que puede creer mi ginecólogo, pero también hay discusiones; acabaremos en terapia de pareja antes de la boda, que voy a posponer seis meses para esperar a graduarme. Eso sí: me siento muy querida. Entretanto, hago prácticas profesionales. Ya he participado en un par de investigaciones y haré una tesis.

Despierto. Tengo 33 años. Aprendo a estar sola. Amo. Anuncio mi renuncia en el trabajo.

-- 41... Vivo en familia, en una casa con un estanque. No veo si hay niños, pero parece que todo está bien.

Silvia Parque

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Francés

El anfitrión de este bistró da una clase de francés, en un volumen alto de voz, a unos tres metros de mi mesa. Recuerdo mi querer aprender alemán , la necesidad de mejorar mi inglés... tanto que hay en el mundo por oír, tantos acentos, tantas intenciones; la poesía sin traducir... la dificultad de entendernos entre quienes hablamos el mismo idioma, en la misma región, en la  misma casa.

Silvia Parque

¿Cuál revolución?

Al desfile de la revolución, que en paz descanse.

Cuando era niña me sorprendió la alusión a la guerra de Independencia como "revolución de independencia". Hasta entonces, creía que la expresión "revolución" refería el movimiento de revolución de 1910 -que según acabaría por enterarme, sobre todo fue revolución agraria-. Me resultó de lo más interesante conocer el concepto y diferenciarlo de "revuelta", "movimiento social", etc. Reconocer a los caudillos y a los actos revolucionarios, como personas y como hechos en un contexto, fue uno de los pasitos de la niñez a la... no niñez.

Sería simpático, mucho después, entender lo absurdo de una "revolución institucional".

Silvia Parque

Agotamiento

Encontré ESTE texto en el muro de Facebook, y me sentí profundamente identificada, excepto con la alusión a "ser guerrero", que no viene al caso en mi marco referencial.

No me había topado con una exposición tan clara sobre cómo se agotan las relaciones humanas, y punzantemente las relaciones amorosas, alrededor de tal figura: el agotamiento. "Agotamos a las personas", dice el autor. Y pienso que se agotan las relaciones -muchas, algunas- porque nos agotamos las personas; unas personas a otras, y tal vez cada cual a sí mismo al no ver o no ocuparse del propio agotamiento.

Usamos "agotar" para aludir a algo que termina, pero puede ser algo que se extingue o algo que puede recuperarse. Si se agotan los boletos para un concierto, no hay ni habrá más boletos; si se agota la gasolina del tanque del coche, se le puede poner más. Hay muchas variantes que pueden ser alegorías del agotamiento de las personas y de las relaciones... Si se agotan los boletos de un concierto, podemos buscar a un revendedor, pero el boleto saldrá más caro. Según me aleccionaron antes de mi primer coche, dejar que se vacíe el tanque de gasolina daña la bomba de gasolina. Sacar lo agotado de debajo de las piedras, puede llevar a lo que vimos en Parque Jurásico... o en Cementerio de mascotas. Pero es verdad, también, que hay cuerpos extenuados que se reponen con algo tan básico como sueño, agua y nutrientes.

Lo anterior, respecto a las posibilidades del agotamiento, o de lo que se ha agotado; lo terminante o temporal del mismo.

Lo valioso del texto está en lo ilustrativo que resulta sobre las maneras en las que nos agotamos. No podría agregar algo a eso, así que me limito a comentar mi experiencia: fue consolador, como alivio a una garganta irritada, ver las referencias a lo que me ha agotado; sentí legitimada mi debilidad, por la que estuve reclamándome un tanto ásperamente. Por supuesto, además, no habría podido escapar a la imagen nítida de cómo soy agotadora; lo sabía desde una perspectiva en la que puedo resultarme insoportable -a mí misma- de un modo culposo que no ayuda mucho a moverme de ahí. Así como lo expone el autor, resulta simple de un modo que comprendo más allá de entender. Me da calma como cuando hace años descubrí que las tres de la mañana no es un momento para seguir una discusión, aclaración o pelea. A las tres de la mañana hay que dormir, o al menos, dejar dormir al otro.

Silvia Parque

domingo, 17 de noviembre de 2013

La pena-vergüenza y el tonito de disculpa

Mostrar un poco de pena-vergüenza cuando hacemos algo que afectó a otro, es bueno; provoca empatía. No la pena-vergüenza imposibilitadora relacionada con la culpa, sino la penita de "oh, lo siento" que no refiere un sentirlo en el alma, sino simplemente el reconocimiento del otro, quien ha resultado en alguna medida "afectado" en nuestro camino, aunque no sea por causa nuestra.

Un hombre abre la puerta de la cabina de la computadora que estoy usando, y mientras la cierra -de inmediato-,  balbucea algo que hace juego con su expresión de sorpresa y que haría innecesario un reclamo de mi parte.

En cambio, una mesera responde que "sí" cuando le preguntamos si el aguacate que ha servido es efectivamente la cantidad que corresponde a "una orden extra de aguacate". Un "sí" tajante, de "si le gusta bien, y si no, ni modo; ya lo ha pedido y se le ha servido". No es culpa de ella ni del cocinero, y de hecho, en el restaurante pueden cobrar lo que quieran por lo que quieran; pero si una está de servicio, viene bien ponerle un tonito de disculpa a la respuesta que se da al cliente que no está del todo satisfecho con algo.

Yo tampoco soy buena para eso. Cuando afecto a otros, si no lo siento -y muchas veces no lo siento-, no tengo la cortesía de hacer como si lo sintiera. Sería bueno revisar eso...

Silvia Parque

Yo que ni un momento...

Si posiciono el cursor en el ícono de las barritas, me dice que hay señal de internet y que estoy conectada. Pero no estoy conectada. O estoy conectada como una pareja en la que el amor o la atracción o la costumbre, o algo en el aire ata, pero no hay convivencia, ni intimidad... ni relación. Así se quedó la casa amarilla: con un módem con lucesitas pero sin que sus habitantes podamos abrir una sola página de internet.


Silvia Parque

viernes, 15 de noviembre de 2013

Las pérdidas y el tiempo

No participé en el taller, pero escuché la instrucción de la actividad: anotar las pérdidas vividas diez años atrás, cinco años atrás, y hoy. Qué importante dimensionar en el tiempo. Algunas señoras cuentan haber sido talla X, como si lo hubieran sido diez meses antes, cuando lo fueron diez años atrás.

La ubicación espacio-tiempo es uno de los elementos importantes para valorar la cordura. Aunque pocos son los que creen efectivamente estar viviendo en un año que no es, en un lugar donde no están, muchos dejamos pedazos del alma en una situación que puede ir quedando lejos, y así vamos arrastrando hojas del calendario, como quien lleva la falda metida en la pantaleta.

Silvia Parque

Apareció

Ella es fresca. Se puede apasionar y hasta hace poco se enojaba y lloraba cuando alguna cosa; pero ahora va ligera de equipaje, así que puede soltar lo que antes le hacía enojar o llorar. Es normal; con sus cuitas y sus dificultades, con sus virtudes y habilidades; normal como poca gente: sana, con clara conciencia de sí. Eso no se ve mucho, así que se distingue, aunque es tan normal que no es llamativa -creo que ahí está lo que la hace fresca-. Es generosa con su tiempo y su atención; confía y comparte.

Un regalazo, que alguien así aparezca y se haga amiga.

Silvia Parque

Café tras café

Hablar es una maravilla. Con la persona profesional es terapéutico. Con la persona cercana es vía para la intimidad. Con el conocido es puente. Con la amiga es fuente de consuelo, alegría, esperanza. Con cualquiera es medio para aprender.

Con la palabra nos damos y por la palabra recibimos a los demás. Hablando se construyen relaciones, artefactos, realidades. 

Silvia Parque

jueves, 14 de noviembre de 2013

El baño de mi analista

Hoy salí del baño de mi analista tarareando. Seguro significa algo.

Habría que mencionar que hoy el contento estuvo tocando a la puerta varias veces, de modo que acabé por darle el pase.

Pero bueno: ya con la tarde haciéndose noche, fui a mi sesión de análisis. Nada de miel sobre hojuelas. Y sin embargo, al final fui al baño a sacar de mi cuerpo la pipí que debió haberse quedado en el baño de mi casa, y salí tarareando. Como ahí casi todo significa algo, seguro eso también.

Silvia Parque

Opciones

Las opciones se agradecen. Son como equilibradoras: como contrapesos para lograr el equilibrio vital cuando las situaciones se ponen "intrigantes"; así se logra que la intriga no ponga penumbra. Aunque desde el principio se sepa que no se van a elegir, alivia contar con ellas; algunas, inesperadamente, se convierten en elegibles al cambiar una situación. Es uno de los recursos que más provocan la sensación de riqueza; el otro es el tiempo.

Silvia Parque

Ensalada para la cena

Para cenar, nada mejor que una buena ensalada. Cierto que un panecito se asocia más con la noche y se antoja más con el frío, y que lo clásico para traer de la calle, son los tacos -para comer en la calle se agregan hot dogs o hamburguesas-; pero nada mejor que una ensalada que deje la sensación de satisfacción y ligereza.

Silvia Parque

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Decisión en 1, 2, 3

Por un lado: el frío recio con ínfulas de continuar por la mañana, el cansancio de los que no dejan descansar, y las ganas de empezar una tarea de las que son más delicia que gusto. Por otro lado: la hora, y con la hora, el cálculo del tiempo que tarda el cabello en secarse (no duermo con el cabello mojado sobre la cama).

Para hacer el malabar: vale quitarle un rato al sueño por descansar bien; además, el baño nocturno permite despertar más tarde... y siempre es mejor para mi cuerpo mimado, omitir el baño por la mañana en las mañanas frías... Así que decido. Esto por un lado, esto por el otro, y luego entonces: lo que yo diga.

Ojalá así fuera con todas las cosas.

Silvia Parque

Un elefante rosa

No soy de muñecos -o no de esos-: llegó por mi cumpleaños, dije "gracias" y pensé en sacarlo de su prisión de papel celofán, pero lo dejé preso en donde no estorbaba, hasta que un día quise verlo, y lo acomodé.

Ya se sabe que los elefantes blancos son esas cosas muy apreciables que no sirven y además merman. ¿Pero qué es un elefante rosa, además de alucinación en película de Disney?

Silvia Parque

Otra oportunidad

Es muy conocido ese poema usualmente atribuido a Borges, en el que la voz asegura que, si pudiera vivir otra vez, viviría diferente.

Hay un "si hubiera" lamentativo que inhibe la vida; pero hay un "si pudiera" que impulsa un "¿cómo podría?", del que a su vez puede salir aprendizaje y cambio.

Tal vez lo más preciado que hay en la vida es cada "otra oportunidad"...

Silvia Parque

martes, 12 de noviembre de 2013

Escuchar

A menudo, no escuchamos. Oímos una primera palabra y nos liamos en lo que eso nos evoca, antes de oír la oración completa; a veces, antes de oír una segunda palabra.

Hay palabras muy fuertes que ayudan a que no escuchemos, algunas son más o menos universales, como "culpa" o "muerte", pero la mayoría se enlistan según la historia personal.

Para escuchar es necesario hacer silencio al interior. No hacer eco a las palabras del que habla, no tener una respuesta rápida. Para hacer ese silencio, hay que estar en calma.

Silvia Parque

Eventos

Organizar eventos suele servir a intereses que no son los del objetivo explícito del evento. Están esas cenas con afán de recaudar fondos para la caridad, en las que evidentemente se recaudaría más ahorrando lo que se gasta en la cena. Están esos actos en los que importa el gesto político de repetir cuatro frases clave en el discurso, aunque el discurso no diga nada importante o diga falsedades. Está toda la parafernalia de inauguraciones, clausuras, agradecimientos y etcéteras, que tienen un sentido, por supuesto, pero que muchas veces no son planeados para servir al objetivo enunciado del evento.

[Como tal vez pueda adivinarse, mañana hay evento en donde trabajo.]

Silvia Parque

Temores


Leí a Susana, y pensé: "¡no tengo miedo!" A nada, excepto, claro, a lo que tengo miedo... Todos, por supuesto, tememos algo. Hace años, yo temía una cosa, otra, alguna más, y otra menos pero también. Luego mi vida se fue poniendo monotemática, y la pluralidad de miedos se dispersó para concentrar mi capacidad temorífica en el asunto alrededor del cual estuve orbitando. El temor concentrado creció, adornado con crisis de angustia... hasta que se presentó el monstruo. Y se acabó el miedo. Quedaron los efectos del susto, pero se acabó el miedo. En realidad no es cierto porque quedó un chorrito de miedo que mantiene el hábitat para el gran temor; pero el gran temor no está... Y los miedos que había antes y se dispersaron: tampoco

No es que yo sea ecuánime: me dan miedito los puentes peatonales de metal y los perros bravos. Pero eso no me impide nada; esos mieditos no cuentan.

Silvia Parque

lunes, 11 de noviembre de 2013

Vendedores

¿Han oído a esos vendedores que aseguran que si el hombre de la casa quiere a su familia, comprará el producto X, para que sus hijos consigan Y en la vida? Hay de esos vendedores en todos los ámbitos: en la religión, en la psicología, en la gastronomía.

Silvia Parque

Relatoría

Tengo 33 años hace poco más de un mes. Hace poco más de un mes, también, tengo una vida que no imaginaba. Desde afuera no se nota la diferencia, pero hubo un giro mortal con estruendo, y ¡zaz!: una vida otra. Hace casi siete meses me lo anunció -la vida siempre anuncia-, pero no entendí bien... soy lenta entendiendo cuando se trata de cosas mías y no se me habla en lenguaje científico. Pero bueno: que mi vida de hoy no es lo que yo había supuesto que sería hace un año, mucho menos lo que yo deseaba para este punto, hace diez años -aunque tengo montón de cosas para agradecer-.

Al mismo tiempo, extrañamente, si me fijo, resulta que estoy en lo que estoy porque hice, porque no hice, porque dije, porque no dije, porque pude o no pude; es decir, estoy en donde me puse, y algo en mi intuición me dice que me puse donde estoy por una buena razón... también por tonta, pero sobre todo, por una buena razón... es decir, que habría habido mejores modos de seguro, pero este camino lleno de baches, es el modo en el que pude traerme al punto de aprender lo que me toca aprender. Corrijo: es más "para algo bueno" que "por una buena razón"... El caso es que le huí tanto a esta temporada de la serie, que no cabe duda de que tengo algo que aprender de ella... no estoy segura, con precisión, de qué cosa; pero tiene que ver con hacerme autónoma. Siento que si lo aprendo, se me va a acomodar la vida, y que si no lo aprendo, me voy a quedar ciclada. Así que me aplico. Pero estoy como con un cono de la vergüenza o uno de esos artefactos para que el caballo no mire más que al frente; instalada en el "solo por hoy", sí puedo: se me aparecen cosas bonitas y buenas, se me abren oportunidades y cada día me trata bien. Pero ni pensar en el año pasado o el año que viene. Ni pensar en que a los 33, le siguen los 34.

Silvia Parque

Ni prisa por llegar ni vueltas en círculo

Se ha dicho que quienes crecimos con microondas, esperamos que todo en la vida se cocine de inmediato; pero en generaciones pasadas también hay montones de abandonadores de proyectos. No se nota porque al parecer, la mayoría de las personas se centraba en sobrevivir, y hacer realidad los sueños era realmente poco esperado.

Creo que pasa una de dos cosas: desistimos al no ver una señal de que vamos por buen camino, casi siempre porque somos incapaces de reconocer las señales -que a veces son, simplemente, las sensaciones de estar en lo que corresponde-; o bien, aminoramos el esfuerzo ante las señales de que vamos por buen camino, y se detiene el avance.

A mí los caminos me gustan mucho. Me dan condiciones para pensar, y pensar es lo que más me gusta. Pero si se junta ese gusto con un poco de turbamiento y un poco de pereza, el camino atrapa, y una se queda nada más yendo, sin ir a algún lado -como la astronauta de Gravedad, que nada más conducía-.

Silvia Parque

domingo, 10 de noviembre de 2013

Libre de sentir

Es liberador y consolador, saber que nuestros sentimientos, buenos y malos, nos pertenecen. Podemos limitar o controlar los actos que los expresan; podemos vernos limitados o controlados en dicha expresión, por actos de otros (si me tapas la boca no puedo decir ni "te odio" ni "te quiero"). Pero en cualquier caso, podemos sentir lo que sentimos, plenamente, completamente, por todo el tiempo de vida del sentimiento.

Silvia Parque

El concierto

El escenario tenía como fondo una imagen de un barrio, que se iluminaba de modos diversos, casi siempre haciendo brillar una enorme luna. Compensando los límites de su voz, le acompañaron estupendos cantantes, y como cabe suponer, la cantante mujer se movía para gustar no nada más por lo que saliera de su boca. Él hizo lo propio por caer bien. A pesar del cuerpo flexible y la cara cuidada, le vi la edad que no se le ve en las fotos.

Desde que salió, me instaló una sonrisa móvil con la que canté toda la noche. Fui acordándome de mí. Querétaro es tan conservador y clasista, que hace gracia ver y oír a un público en esta ciudad, aplaudir y corear canciones sobre situaciones y cosas que en la calle les harían arrugar la nariz. Yo que, por decir lo que se puede decir, sí he dicho a algún desconocido, en equivalente mexicano: "qué guay si me invitaras a cenar", me reacomodé en mi posición vital: noté cómo estoy justamente donde corresponde al camino que tomé, y sentí alivio.

Silvia Parque

Silvia la exploradora, en Vizarrón

Vivir en Querétaro tiene la maravilla de que se puede pueblear con poco dinero y en un solo día. Hoy he ido de exploradora a Vizarrón de Montes, en el municipio de Cadereyta. Su altura (2060 metros, según dice AQUÍ) me vino bien porque siendo de presión regularme baja, entre más arriba, más viva. Además, volví a ver un horizonte amplio; no como el de mi tierra, que es el de mi tierra: pero amplio azulísimo: más cielo del que haya visto en otro lugar queretano.

Corroborando que los viajes ilustran, me di cuenta de haberme dado cuenta antes, de que los perros de los pueblos son más bonitos que los de las ciudades. Pero no se supone que eso sea lo que se diga de Vizarrón. Hay que mencionar, más bien, que sus gorditas de maíz verdadero están muy buenas.

Su precioso templo, del que lamentablemente AQUÍ no pueden verse los hermosos vitrales, es el templo en modalidad humana, más bonito que he visto. Hay construcciones impresionantes en todo el Bajío, pero son templos con ánimo casi -a veces sin el "casi"- de aplastar lo humano; éste, será por tanta piedra que tiene, es como... terrenal. Muy bonito. Creo que provoca ganas de sentarse a platicar con Dios, muy en confianza. En cambio, hay una capilla aparte, con un confesionario que entre su forma de cilindro, sus recubrimientos de mármol, y el techo abovedado, es una cosa fabulosa, pero apabullante: mis pecados ya de por sí hacen mella sin eco.

Quise conocer Vizarrón desde que llegué a Querétaro, por efecto de una elocuente descripción que me metió en la cabeza las calles empedradas de mármol. Y sí. Es una cosa que hay que ver.

Silvia Parque

sábado, 9 de noviembre de 2013

Cuentos fantásticos

Adoro los cuentos fantásticos. Me encantan las aventuras con magia y en reinos lejanos. Soy público fácil para todo lo de ese tipo (en esto, prefiero las películas sobre los libros); suele haber crueldad, amor, y principios sobre la vida: gran combinación.

Silvia Parque

Cumplió años la doctora

La doctora me curó de mis desmayos cuando éramos niñas. Luego me curó de una torcedura de amor que se me estaba enquistando. Ya después las cosas serían más complicadas: más de sanar que de curar... pero a ella se le da: la recuerdo salir tras de mí una noche interesante en la que empecé el camino hacia lo que iba a a ser la locura de mi vida; se quedó a una distancia prudente, viendo que yo estuviera bien. Así es; podía haber estudiado música, pero estoy segura de que tenía que ser medicina: se le da hacer bien.

Silvia Parque

Código de comprobación como llave de acceso

Hace un par de semanas, Microsoft o quien gestione las cuentas de Microsoft Outlook, me dijo que dudada de mi identidad porque yo no había abierto mi cuenta de correo X, hacía un buen rato. Aunque abro dicha cuenta todos los días, decenas de veces al día, no me importó ir a abrir mi otra cuenta de correo, -llamémosle Y-, para ver y copiar el código de comprobación de identidad que acepté que enviaran, a fin de poder autentificarme en la cuenta X. Pero Microsoft -o quien gestione las cuentas de...-, identificó que también hacía demasiado que yo no entraba a mi cuenta Y -que también abro varias veces al día-, y consistentes, ofrecieron enviar un código de comprobación a mi cuenta X, lo que acepté, temiendo que pasara lo que efectivamente pasó, y es que la cuenta X se negara a dejarse abrir sin el mentado código enviado...

Así nos ponemos a veces entre personas.

Me ocupé de otras cosas, y unas ocho horas después, entré sin problema a las dos cuentas, que no sé cómo resolvieron que no había nada qué dudar. También, a veces, así se arreglan los asuntos entre las personas.

Silvia Parque

viernes, 8 de noviembre de 2013

Amistad

La amistad no requiere de cercanía física, pero sí de la presencia. No requiere tanto de compatibilidad como de buena voluntad, aunque se afianza a través de lo que las personas tienen en común. Me gusta que no "requiere" de mucho, que no tiene muchos ingredientes selectos mezclados en una forma precisa. Será porque la dejamos que se dé y que fluya, sin las aprehensiones con las que llegamos a vivir el amor.

Silvia Parque

Lo que es y lo que hay

He estado oyendo entrevistas que le han hecho a Eugenio Derbez como parte de la promoción de su película, que no he visto; las oigo porque me interesa su historia de trabajo rumbo a hacer realidad un sueño. En ESTA, que le hace Adela Micha, al final ella dice: "No soy de las nuevas amigas que te han surgido, ni de las nuevas fans; te he admirado y te he respetado siempre, y te quiero mucho". Me recordó cómo algunas relaciones dejan de existir, y sin embargo, el respeto por la obra de la persona, la admiración por su talento, el cariño por la persona en sí misma, no se mueven ni un ápice.

Silvia Parque

La gente la riega y lastima

La gente la riega. Me gusta la expresión porque imagino regueros: de vida, de palabras, de cosas perdidas, de escoriaciones. A veces, este regarla lastima a otros.

Creo que excepto cuando "el otro" es un niño, nadie es responsable de lo que otro sienta; pero sin duda hay gestos, palabras, actos, que ordinariamente lastiman a una persona ordinaria -y la mayoría somos ordinarios en "desarrollo emocional"-.

Así que la regamos y lastimamos; todos. Es evidente, pero tardamos en estar en paz con eso. Sobre todo cuando se refiere a los gestos, palabras, actos, de quienes son o fueron más cercanos y de aquellos cuya cercanía estaba signada por un rol que implicara la consigna cultural -imposible- de no regarla y no lastimar (el ejemplo paradigmático es el de la madre).

Silvia Parque

jueves, 7 de noviembre de 2013

Despertador

No puedo confiar en que mi reloj biológico me saque de la cama, a la hora en que conviene, entre semana. Así que en lo que conocía la alarma de mi nuevo teléfono-reloj, usé ESTE despertador-en-línea.

Unos años desperté con un timbre similar; es buenísimo: causa una casi imperiosa necesidad de detener el sonido, pero no lastima, no es estridente.

Silvia Parque

Aprender la lección

Cada día trae su "lección del día"; no es difícil ubicarla, entre mi análisis y mis compañeros de viaje -así sean compañeros de un pequeño tramo de un sendero-. Lo difícil es aprender la lección: asimilar: asumir: cambiar a partir del aprendizaje. Como estoy volviendo a repetir la asignatura -que no es lo mismo que simplemente "repitiendo"-, el curso es del tipo "a ver, con manzanitas" y "mañana lo intentamos de nuevo". 

Silvia Parque

En esto de vivir

Últimamente tengo más en cuenta que en lo profundo del corazón somos los que éramos con la ingenuidad de los doce años y con la ternura del jardín de niños.

En las ilusiones y los miedos se expresa claramente lo que tenemos de creaturas inacabadas. Suelo pensar que las personas duras que se ven por ahí son o fueron el niñito o la niñita de una mamá y ya sea que hayan sido adorados o apenas medio vistos, pensarlos así me hace tenerles buena voluntad; más si llegara a saber que no hubo una mamá... así que parece que la clave es pensarlos como niñitos necesitados de una mamá.

Sin embargo, aunque entiendo que el sufrimiento es el sufrimiento, de quien sea, me conmueve más que sufra una persona que tiene pocos años de andar en esto de vivir. Me siento inclinada a "favorecer afectivamente" a los que están siendo niños.

Silvia Parque

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Lista

Me he exfoliado la cara y me he depilado la cuarta parte de las piernas, lo cual es bastante para mis costumbres en materia de cuidado personal. Esta noche nos conocemos.

Ya no está en mis sueños sexosos, pero no tengo problema en mudarme a Madrid.

Silvia Parque

De mi gusto por las vacaciones a la vida temática

Ha sido caminar por el centro a mediodía, y comprobar -no había necesidad- que lo mío es ir por la libre. Viví con esta sensación mientras me dediqué a la docencia universitaria. Ahora que estaré escribiendo, ya gozo las mañanas y las tardes del año que viene, estrenada como "trabajadora autónoma" (según wikipedia: "cuentapropia" o "independiente").

Más de una persona me ha preguntado de buena fe, si estoy segura de que me conviene dejar un trabajo estable, como subrayando: estable. Estaba segura de que lo haría, aunque tuve que reflexionar sobre el momento para hacerlo; una vez decidido el momento, estuve segura también de eso. Sé que me va a ir bien, como sé cuál es mi fecha de nacimiento, porque ese no es mi "tema". Tengo una teoría sobre la vida-temática, que no recuerdo si he expuesto por acá*...

Creo que la vida de cada cual se trata de "algo" y con eso de lo que no se trata, no hay problema; así como en las películas. Si la película de aventuras se centra en lo difícil que es ocultar la identidad, no hay problemas de salud aunque los protagonistas atraviesen el desierto y la montaña; no los habrá porque no son parte de la trama... creo que parece que estoy diciendo una verdad de perogrullo, pero el paralelismo con la vida no es necesariamente evidente, y sostengo que está ahí: nuestra vida se centra en una o varias complicaciones, y lo demás lo tenemos despejado; en cuanto una reconoce de qué se trata, puede aprovechar todo lo que está despejado. Es una maravilla.

* Sí: empecé a hablar de esto aquí: Cambiando el tema del año.

Silvia Parque

"Y me quedó más bonita"

Casi por puro afán de perder el tiempo, acabé oyendo ESTA entrevista de Platanito a Eugenio Derbez, en la que, narrando cómo surgió su película en cartelera, cuenta que no le daban trabajo en el cine:
Dije: bueno, ok, voy a hacer mi propia película, voy a hacer mi propio guión [...] y empiezo a escribir mi propia historia junto con [...] y empiezo a diseñar esto, y me tardo doce años... ¡y me quedó más bonita, que las que no me contrataron!
Ante el "no" de los demás, el "sí" propio. Apuesto por la idea de crear los espacios que necesitamos y me parece importante recordar que no es generación espontánea: los sueños se convierten en realidad con constancia.

Silvia Parque

martes, 5 de noviembre de 2013

Fenómeno

No quisiera escribir sobre lo mismo. Pero este fenómeno de invisibilización de tortugas es de llamar la atención y supera con creces la carga paranormal de la desaparición de calcetines.

Anteriormente, cuando paseaban por un espacio mayor, con más muebles y objetos, podía asumir que estaban detrás o a un lado de algo, camuflajeadas con algún color o escondidas por la sombra de alguna cosa. Ahora, segura de haber revisado cada punto de esta habitación, realmente no entiendo dónde se meten, y aunque mi razón me asegura que no han desaparecido, no deja de inquietarme que se haya dado algo totalmente improbable, como que al salir yo al baño, alguna haya sido capaz de empujar la puerta que debe ser unas cien veces más alta que ella "de pie".

Seguramente, las veré mañana.

Silvia Parque

Para el miedo

Cuando era niña, me daban miedo los perros de la calle. Salía poco sola -y cuando lo hacía, era muy cerca de la casa-. Esas pocas veces en las que salía sola, a veces había perros. Alguien, creo que mi mamá, me dijo que me tocara el ombligo, y los perros no iban a acercarse; no me vio muy convencida, así que agregó que rezara el Padre nuestro. La sugerencia me trajo a la mente una imagen muy popular por esos años, de unos niños atravesando un puente, con un ángel detrás; yo tenía un cuadrito con la imagen en mi habitación, y había otro más grande en la casa; no eran idénticos. Aunque tuve algo de miedo cuando vi el siguiente perro, había concluido que la oración no podía fallar, porque seguro que una mordida era parte de los males incluidos en "líbranos de todo mal". No volví a tener gran miedo por eso. Todavía soy precavida con los perros: a veces prefiero pasarme a la acera de enfrente, o tomar otra calle por evitar alguno que se ve inquieto, pero no diría que "me dan miedo los perros de la calle".

Silvia Parque

lunes, 4 de noviembre de 2013

Yo no fui

Qué tentador resulta considerar que una entidad maligna, ajena al ser humano, empuja a cualquiera hacia el "mal camino", de modo que nuestra falta es no haber sido fuertes.

Qué atrayente parece ser, identificar a un grupo determinado como agente de los males de una comunidad o del mundo entero. Y qué gran necesidad tendremos de diferenciarnos de "ellos".

Cuánto más rápido nos damos cuenta de lo que el otro hizo mal, comparado con lo que tardamos en ver las vigas que llevamos en el ojo.

Silvia Parque

Un brassiere, diecinueve años después de otro

Estaba en medio de una conversación cuando vi que la varilla de mi brassiere trataba de escapar, y como no dejó que la regresara a su sitio, la saqué. Jugaba con ella en la mano cuando sus ímpetus de libertad la hicieron volar, afortunadamente a la derecha de mi interlocutor, y no a su cara. Recordé estar en medio de una conversación que sostenían otras dos personas, y recibir el anuncio de que estaba escapando la mitad del calcetín blanco con el que rellenaba una de las copas de mi brassiere de adolescente.

Silvia Parque

¿Postre?

Las tortugas tienen su casa y el comedor aparte. Casi siempre le doy de comer primero a una y luego a la otra, para evitar que quieran la misma bolita o tirita. Les gusta que les vaya dando; comen más así, que si vierto toda la comida y la dejo ahí; ven mi mano y la siguen.

Sirvo, sirvo, y vuelvo a servir, hasta que la que come, se muestra satisfecha (o aburrida; es decir: hasta que deja de comer).

Así las cosas, comió Turtl -no "turtle"-; la regresé a su casa, llevé a Turquesa al comedor, y empezó -Turtl- a buscar entre las piedras del piso del acuario, y a abrir la boca como si fuera a morderlas. Hace unos días, les dio por comer las piezas de calcio; tal vez anduviera buscando restos... no me dice.

Silvia Parque

domingo, 3 de noviembre de 2013

Voy a hablar del segundo blog


El primer blog que abrí se convirtió en "De palabras y cosas así". "no soy Sylvia Plath" fue el tercero en aparecer, y hace poco nació "Para antes de dormir". Voy a hablar del segundo blog.

Debajo del título se leía "Sobrevivir a los treinta años, al matrimonio y al trastorno de ansiedad generalizada, todo en un mismo cuerpo". Fue una especie de diario muy íntimo que publiqué en el 2011, en medio de una crisis. Ahí me expresé nada más que para desahogarme, y fue realmente un recurso efectivo. La crisis pasó, y las entradas del blog fueron expresando cómo navegaba con los problemas que no se disuelven porque haya pasado lo crítico. Fue dejándome de hacer falta este tipo de expresión catártica, y finalmente -aunque siempre lo mantuve "en secreto"-, saqué el blog de circulación. Decidí trabajar un poco algunas de sus entradas, y publicarlas en el entonces recién renovado "De palabras y cosas así", hasta hoy. Aunque todavía tenía bastante material, hace un momento lo eliminé. Estaba salpicado de expresiones amorosas y recuerdos felices, pero no quiero toparme con el rastro de dolores y dificultades que habría sido bueno acabar de limpiar en cuanto ya no había esos dolores y dificultades. Para eso nunca es tarde.

Este mundo del blog, como todos los que habitamos, está hecho de gestos simbólicos.

Silvia Parque

El amor

El amor se expresa en la voluntad de que sea lo bueno para lo que es amado. Creo que se puede hablar de amor hacia cosas, como el coche o el teléfono (o hacia abstracciones, como el dinero o la libertad), cuando la persona que ama esas cosas, las cuida y las procura, es decir, tiene voluntad de que sea lo bueno para esas cosas, por encima del servicio que brindan, como cuando un hombre conserva el coche de su juventud, al que tiene aprecio, aunque ya no sea funcional y haya comprado un coche nuevo.

Si se ama, se desea y de ser posible se procura lo bueno para el objeto de amor, independientemente de lo que se reciba a cambio. Como no podemos sino sentir y dar amor humano, el amor se nos mezcla con apego, y convive con nuestras faltas y limitaciones; así que por ejemplo, una mamá que ama a su hijo puede elucubrar formas de castigarlo cuando llegue a casa, no para educarlo sino para quedar a mano con lo que ella se ha mortificado esperándole a deshoras. No somos ángeles, así que con suerte vivimos ese amor humano, correspondido o no, y navegamos con las complicaciones que trae la implicación sentimental en un mar -o lago o río o charco- de apego y carencias.

A veces, tal vez también con suerte, vivimos la oportunidad de limarle el apego al amor, para que el deseo no sea un grito de nuestras faltas y limitaciones, sino un sincero deseo de que se dé lo mejor para el ser amado.

Silvia Parque

Filtrar el mensaje

Cualquier persona no es más que una persona: tendrá una visión limitada y le quedarán cosas por aprender. Nadie tiene la verdad absoluta. Creo que lo único sobre lo que nos es posible acceder a una verdad completa -que no absoluta-, es sobre nosotras mismas. Es difícil; no sé si conozca a alguien que se conozca a fondo y plenamente; creo que para eso es necesaria una vida de recogimiento como la que tal vez tengan algunos monjes. Si alguien está muy seguro de conocerse absolutamente, habría que dudar, porque una persona que se conoce por completo sabría de las regiones de sí misma vedadas para sí misma. No obstante, confío en que con disciplina e introspección, sea posible alcanzar el autoconocimiento suficiente para movernos por la vida con sensatez.

Si todas las personas no son más que personas, en los términos de los que hablo, entonces todo servicio, mensaje o parabien que provenga de cualquiera, vendrá con limitación humana, y habrá que filtrarlo para tomar lo que nos venga bien. El proceso de filtrar puede ser complicado, porque no necesariamente lo que nos viene bien es lo que esperamos que sea, y porque a veces, como la medicina, tiene un gusto amargo; además, hay para quien resulta difícil no aceptar un "paquete completo": si algo les parece bien o verdadero, toman todo lo que provenga de la misma fuente, cuando no necesariamente todo es bueno o verdadero; esto sin dejar de estar advertidos de que sí hay premisas que forman un sistema de ideas de manera que no se puede tomar una sola, porque esa sola sin las demás, pierde el sentido... otra cosa es que una idea nos sirva de inspiración para nuestra propia idea, que habrá de encajar en nuestro propio sistema de ideas. 

De lo anterior se desprende que no conviene mamar como la leche materna, lo que piensen-digan-sugieran sacerdotes, gurús, filósofos, analistas, terapeutas, apóstoles o buenos amigos; se vale si en momentos críticos necesitamos ser amamantados, pero sería bueno notar que los momentos críticos terminan. Más o menos por el contrario, en la canción que escribe un hijo de vecino, en los gritos del alcohólico que predica en la plaza, en los autores bestselleros del mundo del new age, en casi cualquier envoltura puede venir lo que nos hace falta saber o asimilar. En cualquiera de los dos casos, conocerse a una misma es lo que permitiría abrir mente y alma para recibir "lo que sí", dejando ir con tranquilidad "lo que no". 

A veces no nos abrimos a "lo que sí", porque tememos no poder filtrar y dejar fuera "lo que no". Cuando era niña, mi abuela no me dejó recibir a los Testigos de Jehová que se ofrecían a darme un curso bíblico; pude darme el gusto de hacerlo cuando, siendo adulta, tuve mi propia casa. Me hace pensar que lo que es para nosotras, es para nosotras así dé algunas vueltas antes de llegar, porque interrumpí el mentado curso cuando cambié de ciudad, y después lo volví a empezar viviendo donde vivo. Nunca lo busqué, ya se sabe que los testigos tocan a la puerta. ¡Bendita paciencia de la señora que iba cada semana a mi casa! Fue una experiencia afortunada; nutrí mis propias creencias. Nunca temí, como tal vez mi abuela temiera, que escuchar pudiera convencerme de algo que no debería creer, es decir, que no es lo que me corresponde. Así me gustaría entregarme a lo que la vida me trata de enseñar. 

Silvia Parque

sábado, 2 de noviembre de 2013

Gravedad

Desde el trailer, me llamó. Después de la reseña de Matt y la crítica de Cinéfilo Club, tenía que verla. Finalmente, hoy puedo decir que esas famosas piernas de Sandra Bullock me parecen demasiado grandes y musculosas. Pero eso no importa.
 
Aunque al principio las imágenes de la Tierra desde el espacio son más que suficientes para empezar con gusto, mis amplias expectativas sobre la película empezaban a ponerme quisquillosa, cuando iniciaron los problemas y me metí de lleno en el asunto. La parte de odisea en el espacio es apasionante y entretenida; pero a mí me ganó la parte del drama personal. Es una historia sencilla, nada original, con una protagonista que hace el camino de regreso a casa.

Alguien comenta en el blog de Matt, que prefiere temas con los que pueda sentirse más identificada. Yo no podría sentirme más identificada... sola, suelta que es peor, suelta sin referentes en un espacio del que no eres parte, y quererte sujetar a una persona que se suelta mientras te dice que no es tu decisión; querer echarte a dormir para terminar con las dificultades porque si ponerte a salvo es difícil, se pone más difícil cuando imaginas volver a la vida que te espera; decidir vivir o no vivir.

Silvia Parque

Idea para emprendedores

No entiendo por qué las peceras no tienen un agujero de desagüe. No es complicado. Basta un cortador de vidrio y un tapón de plástico -de vidrio sería mejor-. Es posible elucubrar teorías conspiracionistas sobre los motivos para seguir fabricando pastillas o tabletas medicinales cuyo tamaño las hace difíciles de tragar -una de las cosas locas que tiene la vida: hacer pasar una tableta enorme sobre anginas inflamadas, para que se desinflamen-. Pero, ¿por qué las peceras no tienen un agujero de desagüe? ¿Alguien gana algo por eso? Debe haber unas peceras super evolucionadas que no he llegado a conocer, con un sistema de desagüe como el de las lavadoras, que lleva el agua sucia directo a la tubería. Pero sería muy simple hacer un agujero a las peceras comunes y corrientes.

Silvia Parque

viernes, 1 de noviembre de 2013

Perspectiva y relatividad


La idea de relativizar el grado de nuestros dolores me parece casi una patada en el trasero; depende de cómo se le exponga, pero comúnmente se le expone con poca empatía y hasta con poco sentido. Se asume que los problemas de salud son más apremiantes que otros problemas y evidentemente, para la Historia de la humanidad, los problemas de la historia personal de la gran mayoría de nosotras, no tienen importancia. Pero lo que nos duele nos duele, lo que nos mortifica nos mortifica y nuestro dolor o mortificación figura más en nuestra vida, que el dolor del otro, a menos que sea un otro muy cercano... y dependiendo del caso.

Luego está el relativizar hacia lo positivo: el "cómo te puede afectar esto, si pasa lo otro que es tan bueno". Pues si me afecta, me afecta. "Cómo consigue afectar" es largo de explicar.

No obstante lo anterior, tomar perspectiva sirve para procesar de mejor modo dolores o problemas; relativiza la situación dolorosa o problemática, permitiendo que se acomode mejor. No creo que sirva mucho sugerir a una persona que se siente mal, que relativice. Seguro que casi nunca sirve criticarle porque no lo hace. Pero creo que es un favor, mostrarle cosas que le abran esa perspectiva.

Silvia Parque

No sea centavero, señor comerciante

En la ciudad en la que vivo, los comerciantes tienen muy presente su gasto en electricidad, y lo acortan lo que pueden. Es común ver locales comerciales con la luz apagada por la tarde, incluso de tiendas tipo "de la vista nace el amor", como en las que venden regalos. Hay quienes apagan los refrigeradores por la noche, incluso con perecederos, confiando en que el frío de todo el día alcance para mantener lo guardado en buen estado. Personalmente no lo viví, pero supe de tiendas en las que el refresco frío valía su precio más 1 peso. Lo que sí me ha tocado es tomar café frappé derivado de un entendimiento miserable de lo que es "frappé".

Creo que todas esas prácticas son centaveras, y como dicen: no hay que dejar ir los pesos por cuidar los centavos.

Silvia Parque

jueves, 31 de octubre de 2013

Lo verde

Ver que va naciendo una hojita me resulta esperanzador.

Una ramita en un árbol me parece un claro signo de "todo está bien".

Y es que en el reino vegetal se hace más evidente que todo está bien, porque queda más cerca y por eso más claro, que si la planta muere, alimenta a las demás en un ciclo de vida sin dramatismo.

No puedo evitar dolerme cuando por ejemplo, los árboles viven en un cuadrito de tierra asfixiado por el pavimento, ¡pero con qué dignidad lo viven!

Silvia Parque

Café en pijama

Para variar, he pedido el capuccino con sabor almendra. Por moderarme, lo he pedido chico... pero ya estaba fuera de la cafetería cuando lo probé y regresé a ponerle otros gramitos de azúcar (así que no hubo moderación). Me recuerda el amaretto preparado en el laboratorio del bachilleres. Me hace sentir bien, como la pijama que traigo puesta... una de las bonitas pijamas nuevas (una es fresca, otra no, otra es calientita).

Siempre ha sido buena combinación: pijama y café; pero ésta es especialmente buena.

Silvia Parque