viernes, 4 de diciembre de 2015

B en reunión

Hoy he tenido una reunión con el equipo de mi mayor cliente, y B nos acompañó, en mis brazos. Había estado en una reunión anterior, pero entonces era muy pequeña, y estuvo mamando casi todo el rato. La verdad es que temía que esta vez se complicara, porque está en una edad en la que de pronto parece tener pulguitas. Pero no: comió un poco de amaranto, tomó un poco de leche en biberón (ya había tenido teta), y platicó un poco cuando tuvo algo que opinar; nada que interrumpiera.

Desde que nació, ha estado presente en la mayor parte de las consultas que he dado. Si hace falta que amamante, lo hago. Mi trabajo es enteramente compatible con su presencia. Espero conseguir que siga así cuando ya no quiera estar en brazos.

Por supuesto, no todos los trabajos -ni todas las tareas de un trabajo- se pueden realizar con un bebé por ahí; pero muchos, sí.  ¿Por qué no normalizar la presencia de mamás con bebés en los ambientes laborales o de negocios?

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Supongo que dependerá del carácter del bebé. Uno que le dé por alborotar puede poner patas arriba una oficina de cien personas.
    Besos.

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    1. ¡Claro! Y de otras cosas; pero habría que poder considerar la posibilidad.
      ¡Besos, Macondo!

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  2. Claro que sí, me encanta esa idea del bebé incorporado a la vida profesional, je.
    Sí que hay muchos trabajos en los que se puede estar con el bebé y otros muchos en los que no. Creo recordar que cuando era pequeña se veía más comercios con bebés, por ejemplo. Ahora, al menos en España, es una imagen poquísimo frecuente.
    Un beso

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    1. Eso del bebé en el comercio, es muy factible. Se puede hacer una buena lista :)
      Un beso, Matt.

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