viernes, 12 de diciembre de 2014

Dejar las cosas en paz

Estoy probando las bondades de dejar de golpear paredes con la cabeza. Creo que las personas aprehensivas sentimos una especie de compromiso personal con insistir en hacer lo que creemos que deberíamos hacer, incluso cuando es evidente que lo que hacemos no solo no sirve, sino que nos desgasta y llega a empeorar las situaciones.

Como creyente, vivo un punto de prueba al "poner en las manos de Dios", cuando llega el momento de sacar mis manos de la masa. Pero es que hay verdad en la famosa "Oración de la serenidad": hay cosas que no está en nuestras manos cambiar. Habría que agregar que además de sabiduría para reconocer cuando es así, hace falta humildad para aceptar que así es.

Silvia Parque

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