miércoles, 6 de agosto de 2014

Leer, estudiar, conocer

Leo, estudio, porque tengo curiosidad: quiero saber. Ni cuando fui "niña de dieces" tuve interés en la "virtuosidad" del estudio en sí mismo. En ese entonces quería sentirme querida, como toda niña y niño, y si para eso servía obtener buenas calificaciones, y para eso había que estudiar, pues estudiaba y sacaba dieces (gracias a Dios que en mi ambiente, quebrar ventanas no servía para sentirme querida, si no, habría quebrado ventanas).

El estudio escolar me gustaba porque estaba metida en la carrera de saber cosas; porque se disfruta hacer lo que a una le sale bien; pero era, sobre todo, trámite. Mi pasión estaba en las enciclopedias, en los libros de otras cosas; los pobres libros de texto quedaban contaminados por la mecánica "meter información - sacar respuestas correctas". La escuela contaminaba esos pobres libros, que eran muy buenos; al principio del curso los ojeaba y los hojeaba, y sentía interés por todo...

El caso es que me gustaba enterarme, y pensar, e imaginar, y cuando me enteraba, pensaba e imaginaba y quería enterarme de más. Así que muchos creyeron que yo era disciplinada, en el sentido de privarme de gustos para hacer lo indicado; pero no, estaba haciendo lo que me daba gusto hacer. Y amo poder seguir haciéndolo.

Silvia Parque

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