martes, 29 de abril de 2014

Pequeña graduación y los efectos protectores de estar con la gente

Ha ocurrido. En su momento, limité el número de mis contactos en las redes sociales, restringiendo el círculo de mis relaciones, para no ir a toparme ni con la vibra remota de la existencia, de quien no quiero en mi vida. Pero decidí que era el momento de vivir en libertad y empecé a no limitarme. Así que ocurrió, finalmente: me topé en facebook con un comentario de una persona que es de un "círculo" al que no quiero rozar. Un comentario al estatus de alguien. Irrelevante, excepto porque antes me habría hecho sentir ansiedad y hoy no. Es como una pequeña graduación porque me comprueba en una posición diferente; supongo: no-trastornada. Para otros será una nimiedad, pero puesto que a mí me alteraba, me importa que no sea así.

Aplaudo de pie a mi analista, alabo el poder de Dios para sacar a las personas de los hoyos y doy gracias por la presencia de las personas que me dan fuerza en su estar-conmigo.

Cuando abrí esa sesión de Facebook, justo acababa de despedir a un amigo, que me acercó para darme un abrazo que andaba necesitando y pensé que en esos abrazos las personas nos damos fuerza. Recordé un abrazo de mediodía que recibí de una mujer increíble y cómo me abrazó esa mañana, consoladoramente, una mujer joven que me quiere bien. Me encuentro tan bien en la virtualidad, me resultan tan importantes las relaciones que he creado por esta vía, que no puedo sino defender su realidad y significancia; pero hacen falta los encuentros en la realidad material.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Un abrazo real siempre es mejor. Me alegro de que lo vayas superando. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Qué bueno leer cuánto has evolucionado como persona. No es trivial lo que cuentas. Me alegro.
    Abrazos ;o)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Gracias!! Me siento bien :)
      ¡Abrazos con muy real afecto! ;)

      Eliminar