lunes, 24 de marzo de 2014

Pensando en la tarde en el centro

Yo vivía en el centro de la ciudad. Ahora vivo cerca de un extremo. Eso significa reorganizar tiempos y rutas, sobre todo considerando que mis actividades y "pendientes" tienen lugar en el centro o cerca del mismo.

Fue delicioso vivir en un centro tan bonito. Amé que mi cotidianidad tuviera lugar entre sus plazas y jardines, pero era difícil instalarme en un departamento céntrico, y sabía que, además, cambiar de coordenadas podía espabilarme para asumir que estoy en una etapa diferente de mi vida.

Es fácil justificar que entre lo que gano de espacio y lo que pago de renta, se compensan los tiempos de traslado y los gastos que puede ocasionar la distancia; pero en realidad, la decisión de en dónde duermo tiene más que ver con dónde dice el corazón "de aquí soy", que con otras cosas.

Silvia Parque

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