jueves, 20 de febrero de 2014

El señor D

A mí me cae muy bien. Me da ternura. Me pasa con los hombres mamones, no lo puedo evitar: me dan ganas de hacerles piojito y alentar que hagan el puchero que se nota que traen guardado. Pero complica el trabajo...

Ya se sabe que los hombres bajitos tienden a convertirse en dictadores o similares -no todos, nada más los que tienen nombre de telenovela-. Tampoco lo pueden evitar: les dan ganas de joder la posibilidad que tenga el otro de libertad. A mí me apena porque se nota que les causa un esfuerzo que les pone los músculos tensos. Pero, independientemente de lo que nos resulte inevitable, a los simi-dictadores y a las que nos atraen cosas raras, resulta que en el siglo XXI, el liderazgo dictatorial no es de lo más eficaz en un grupo de trabajo con profesionales...

Este hombre en particular puede ser agradable. Tiene una plática interesante. Tiene empuje, es organizado y tiene un alto nivel de capacidad para hacer "que las cosas se hagan"; no sé qué tan bien le vaya, pero si ya le va bien, le iría super bien si le bajara dos rayitas a su genio atravesado con necesidad de controlar los recursos a los que el otro tiene acceso.

Recapitulando: es un hombre agradable, mandón y controlador. Un buen hombre, según parece; un hombre de familia, lo cual tengo en muy alta estima -enamorado de su crío, lo cual da cinco puntos dobles-. También -decía- es un mamón. La palabra me choca, pero es la más apropiada. Tiene una atávica necesidad de marcar las jerarquías -me pregunto si los niños se burlaban de él en la escuela-. No me dirigía la palabra mientras fui, a sus ojos, un gusano come-hojas en la cadena alimenticia de la institución. Un día me regañó. Yo no dejo que me regañen, pero aunque no dejé que se explayara, tampoco podía cortarle de tajo y ser prudente al mismo tiempo, y preferí ser prudente. Independientemente de esa experiencia, creo que es de pésimo gusto y de poca educación, regañar a un adulto, y creo que es de las cosas que se le dan fácil.

Hace bien su trabajo. Supongo que tiene grandes "áreas de oportunidad", pero creo que es bueno en lo suyo. Resuelve, pero tiende a ponerlo difícil para crear el espacio donde marcar su posición de autoridad. Luego, hablando, resulta de lo más tratable... hace consideraciones, hace favores... habrá que hablar más con él.

Silvia Parque

5 comentarios:

  1. Hay gente que tiene un carácter difícil pero creo que forma parte de su valía. Quiero decir que estar en muchas cosas a la vez exige tener temperamento. Un beso.

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    1. Mmm... estoy de acuerdo con que tener un carácter fuerte es necesario en algunas posiciones, pero "fuerte" no es lo mismo que "difícil"; creo que las personas difíciles complican el trabajo y se complican a sí mismos, por ejemplo, estar en muchas cosas a la vez.
      Un beso, Susana.

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  2. Así que estás de acuerdo con mi teoría eh! Los bajitos de alguna manera tienden a reafirmarse y a "crecerse" ya sea en su entorno laboral, familiar etc, son complejos o traumas que tratan de paliar desde una posición de superioridad fingida.
    No obstante, tú siempre dando segundas oportunidades y evitando quedarte con lo negativo, la puerta siempre abierta. No digo que sea malo hacerlo pero...en fin...yo no soy tan buena desde luego, ni pierdo un segundo en analizar lo positivo de alguien que me repatea.
    Besos

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    1. :D Ojo: que no son todos los hombres bajitos, solo los que tienen nombre de telenovela ;D igual me choca la idea porque el hombre-de-mi-vida completaba el conjunto de dictadores bajitos conmigo :P pero aunque no puedo decir que haya observado a una muestra significativa de chaparritos, creo que encuentro varios casos que caen en la caracterización :D
      Soy más convenenciera que buena persona: me gusta ver lo bueno de los demás, así me la paso bonito, y sobre todo: estoy convencida de que la gente reacciona al hecho de que se le vea lo bueno :) En este caso en particular, se trata realmente de un buen hombre, con muchas cualidades para el trabajo, de hecho es agradable, ¡y me cae muy bien!, es nada más que algo le impulsa a marcar su autoridad de un modo chocante y yo creo que innecesario... hoy, de hecho, compartimos un buen momento en lo que nos arreglaba un problema; me dije: "pues sí: hay que hablar más" :D
      ¡Besos Inma!

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  3. Mi querido L.P., me da paranoia publicar tu comentario :D pero sí, claro que le doy chance a nuestro apreciado señor D, de hecho en verdad que me cae bien y lo considero inteligente y destacadamente capaz, tal vez por eso me parece que... qué le costaría ser más "lindo"... pero pues, parece que todos tenemos nuestro lado que "nada nos costaría" cambiar y en realidad mucho nos costaría ;)

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