Da pena y da risa. Siempre me pregunto si no lo podrán cuidar mejor sus asesores, ¿sus limitaciones harán tan difícil protegerle de sí mismo? Luego me respondo que finalmente, gran parte de la población sigue más interesada en su copete y en las telenovelas de su esposa, que en lo que diga mal, no sepa o no entienda.
Pero bueno: da pena, da risa, y agrego que el fenómeno completo me da miedito. ¿Si tanta mala vibra lo volviera loco? No digo que haya que restringirse por no molestarle -además, bastante lejos está del pueblo-. Solamente comparto mi impresión.
Silvia Parque
El nivel de exposición que tienen los políticos es tan fuerte como riesgoso... ahí vemos su verdadera talla. Desconocía las ridiculeces del presi de tu país, pero ya que contás voy a chusmear un poco más, ja.
ResponderEliminarNo me gustaría estar en esos zapatos.
EliminarPodría hacerse una serie cómica titulada "Los aprietos del señor presidente", basada en nuestro señor presidente. Es una pena, por supuesto, que sea en realidad el señor presidente.
Es una impresión triste Silvia. Como la que yo tengo aquí, en España, de nuestro presidente. Encerrado en su propia burbuja y lejos muy lejos del pueblo y sus realidades que no entiende ni le interesarán jamás...
ResponderEliminarY claro. así nos van la cosas...
Besos!
Es triste, José, y así nos va...
EliminarAl menos, creo que el presidente de España no da para hacer una serie cómica con él como protagonista, ¿o sí?
¡Besos!
¡Creo que es una plaga interplanetaria!
ResponderEliminarno estoy segura si es que los electores nos hemos vuelto totalmente ineptos a la hora de escoger a nuestros dirigentes ó que en cuanto los nombramos y se ven en el sillón, sus neuronas empiezan a mutar de manera automática. :P
Besazo
Este nuestro se mostró tal cual desde la campaña electoral, hasta eso que aquí engaño en ese sentido, no hubo :P
Eliminar¡Beso, Dolega!