lunes, 27 de enero de 2014

Una mamá y un papá

Esperando al médico en un reducido espacio, observo a una joven mamá de tres, intentar no estallar ante el comportamiento infantil de sus críos, que se portan de modo bastante normal, lo cual incluye molestarse, ensuciarse y por supuesto, hacer ruido. A mí me producen ternura y me divierte notar lo que la mamá hace "mal": no es eficaz decirle a un niño de cuatro años que deje de tocarse la suela de los zapatos, si los zapatos son de Rayo McQueen y él está en una sala de espera; tocar la suela es algo que le sucede cuando las manos se dirigen al simpático coche que le calza. Habría que decirle "manos arriba" o ya puestos a ser desagradables, habría que pedirle que cruzara los brazos. Es un hecho. No lo digo con afán de criticar a la señora, que bastante hace con sobrevivir a que sean tres y de pasada, educarlos.

Llega un hombre con una niña de unos dos años -todavía con cara de bebé y todavía sin hablar-. En su momento, lo vimos salir del consultorio; se entiende que fue a la farmacia de enseguida a comprar una jeringa y que van a inyectarle. La niña está bebiendo algo azucarado; el hombre le pide que se siente, le ofrece más gomitas de dulce y le indica que no se mueva, que se quede ahí sentadita. Para contextualizar: el espacio tiene una puerta abierta que da al estacionamiento, a su vez conectado con una gasolinera. Antes de entrar con el médico, me pregunta si puedo cuidar un momento a la niña, a lo que accedo con mucho gusto. Desde mi silla, la miro; no supongo que haya que decirle que mastique y trague las gomitas. Empieza a llorar; creo que quiere a su papá, pero afortunadamente entiendo rápido y le pido que me dé las gomitas, que salen de su boca a mi mano en lo que el papá, a su vez, sale del consultorio y la rescata de mi poca experiencia con niñitos.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Hay muchos padres que necesitarían clases sobre cuidar niños. Un beso.

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    1. Sí :) pero bueno, si es una persona medianamente normal, y lo hace con amor e interés en el bienestar del niño, la mayor parte de los errores no importa tanto :)
      Un beso, Susana.

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