miércoles, 29 de enero de 2014

Loca por las facturas

En mi entrada al mundo del orden fiscal, pongo atención a la cuestión de las facturas. Trato de crear buenos hábitos, así que pido factura por todo lo que es deducible, aunque se vayan a deducir nada más unos pesitos -de poquito en poquito se llena el jarrito-.

En principio, prefiero los establecimientos que pueden facturar; soy de quienes preferirían comprar al negociante más pequeño o al negocio más local, pero evidentemente, no si me voy a ver afectada.

Luego, me fijo en cómo me tratan los negocios; si el encargado de facturarme se porta como si fuera una molestia o me hace más engorroso el trámite: puntos menos; si la página para la facturación electrónica está "en reparación": puntos menos; si la persona que me atiende olvida mencionar que yo debía ir por la factura en los últimos días del mes, pero no después del día 25... puntos menos -en este caso en específico, compensados porque el pan está realmente bueno-.  

Silvia Parque

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