Silvia Parque
lunes, 28 de octubre de 2013
Decidir estando triste
Creo que las mejores decisiones son las que salen del corazón. Pero no se toman buenas decisiones cuando una está muy triste, porque la tristeza acalora cuando es grande, y el calor nubla la vista del alma. Ni siquiera se trata de no pensar bien -que también cuenta-, sino de no tener conciencia. Igual pasa con el enojo, pero no sé si con la alegría; creo que no; creo que cuando una está muy alegre, se aclara la vista del alma, y la emoción da brillo al deseo del corazón, lo apuntala para que pueda dirigirnos el camino. La tristeza, no. La tristeza lastima al corazón, llega a romperlo; entonces, ¿cómo va a decir algo? Apenas se queja, el pobre. Apenas balbucea. Hay que confiar en lo que haya dicho cuando pudo hacerlo.
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Sólo pueden tomarse buenas decisiones desde la serenidad. La tristeza y el anojo no lo permiten, pero creo que la alegría tampoco...vale, quizás la alegría sí, pero no la euforia. Ese sentimiento que a veces nos entra de euforia nos puede engañar mucho también, y llevarnos a tomar decisiones poco realistas.
ResponderEliminarBesitos
Sí, debes tener razón; solamente que creo que hay buenas decisiones poco realistas. Creo.
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