domingo, 15 de septiembre de 2013

Ni de aquí ni de allá, y sin casa

Supongo que si saliera de México, empezaría a sentirme "mexicana". Cuando me encontré fuera del lugar en el que nací y crecí, mi diferencia respecto a las personas del lugar al que llegué, me empezó a hacer sentir que yo era "de allá" -de donde vine-; pero la verdad es que estando allá, siempre me supe ajena y lejana... incluso ajena y lejana de mi familia -que difícil la tenía conmigo-. Para mí fue literalmente fundamental formar un hogar; hasta entonces encontré arraigo; unida con la persona que amo, tuve un espacio para ser yo misma y compartir un lenguaje vital, por más mal articulado que estuviera.

Hace años, entrando a la ciudad, todavía en la carretera, supe con qué claridad no era de aquí, ni de allá, sino de mi casa. Así que dejar esa "mi casa" pone la cosa interesante. Ha sido una oportunidad para aprender que mi primera casa la llevo conmigo, para valorar lo que no puedo disfrutar ahora y para trabajar en la disposición de darme un hogar, así sea sola.

No se me da el patriotismo. Si me interesan los problemas del país es porque siento aprecio por las personas que me rodean; es decir, le deseo lo bueno a las personas del mundo, pero más a las del lado del mundo en el que estoy; con esto de la virtualidad, eso empieza a dejar de definirse por una posición geográfica. Si comparto algunas causas es porque las considero justas o necesarias. Para mí se trata siempre de la gente. Soy leal a la persona con la que me casé; luego, al resto de mi familia; después a los amigos y los conocidos; eso no tiene relación con su nacionalidad o la mía.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Como bien dices, si estuvieras fuera de tu país notarías la diferencia. Un beso.

    ResponderEliminar