Comprendo el agobio y la frustración que causan algunos anuncios que doy; lamento las dificultades que traen aparejadas. Me toca ser amable, aunque llegado un punto, me canso; eso es problema mío, y hago lo humanamente posible porque no afecte la forma en que trato a los estudiantes. Que sean educados, ayuda mucho; que no sean educados, entorpece... Ayer llegó una joven a dar la instrucción a mi compañera de que hiciera X cosa que de hecho, mi compañera iba a hacer. Pero sucede que la joven no tiene autoridad para dar instrucciones, y a mí, de por sí suele entrarme la necesidad de poner en su lugar a los despistados que se olvidan de que, al menos ahí son universitarios, y no mimados impresentables.
Silvia Parque
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