lunes, 5 de agosto de 2013

Dejar y retomar

Hace unos años, pasé un buen tiempo sin llevar agenda. Quería fallar en una cita, olvidar algo. Para contextualizar, diré que en algún momento llegué a llevar registro de cada minuto del día que pasaba despierta -literalmente-, y que el análisis de esa información produjo meses de sobre-programación loca.

Luego de unos meses sin agenda, algo ocurrió: algo penoso e inofensivo, como olvidar un encargo. Sonreí ampliamente. Como la experiencia fue grata, la probé otra vez... y otra vez. Las cosas se acomodaban como podían, y dejé de preguntarme cómo cabría la vida en mi vida.

Cuando fue suficiente, y por el bien de mi carrera, volví a la agenda. Fue difícil, y se me quedó instalada la capacidad de fallar. Está bien.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Tengo una amiga esclava de la agenda, en la que apunta hasta cuando ha de limpiar en su casa.

    Yo jamás he sido capaz de usar una agenda. O se me olvida apuntar las cosas, o se me olvida mirarla. O miro la agenda y olvido lo que he visto justo después. Soy un desastre y la mayoría de veces que acierto con un encargo es por casualidad (o porque me lo recuerda mi amiga)

    Besos

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    1. Como con el reloj o el celular, creo que la agenda es para estar al servicio de la persona, y hay que cuidar que no sea al revés: algunas personas viven para la agenda.
      Mientras no olvides lo verdaderamente importante, para qué complicarte :)
      ¡Besos, Telma!

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  2. Yo soy una esclava de la agenda ¿Para programar qué ? os preguntaréis. Mis múltiples citas jaja. Todo, todo lo apunto, incluso las faenas de casa como dice Telma.
    A veces he querido hacer lo que dices Silvia, dejarme llevar, pero me pongo nerviosa, aún así he aprendido a no programar ni planificar con tanta antelación, y a veces hasta he olvidado cosas, y es realmente maravilloso descubrir que no pasa nada, no se hunde el mundo ni nada es irremediable

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    1. ¡Es maravilloso! Luego una le agarra gustito a esa sensación y empieza a olvidar y a olvidar, y ya varias "al hilo" sí amenazan con causar estragos.
      Ahora yo llevo agenda para el trabajo, y mi agenda personal la uso en la parte de la planeación mensual, pero la del día a día, me falla; espero ponerme más en orden para poder sacar nuevos proyectos.

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