Usualmente, si estamos participando en una relación de cualquier tipo, asumimos que hemos de poner de nuestra parte para que las cosas marchen lo mejor posible; creo que la mayoría lo asumimos, incluso cuando simplemente interactuemos, así sea por beneficiarnos de lo "mejor" que vayan a estar las cosas, poniendo de nuestra parte.
Pero a veces, no hay ganas. No que no haya posibilidad, porque si se trata de voluntad y esfuerzo, siempre hay posibilidad de crearlos. A veces una no tiene ganas de decir esa frase que va a romper la tensión, de hacer ese gesto que va a reconfortar al otro, de dejar pasar lo que es mejor dejar pasar. Se va la oportunidad de haber puesto de nuestra parte.
Silvia Parque
Hay veces que la situación te pilla mal, pero no vale la pena agobiarse con eso. Quedan más oportunidades. Un beso.
ResponderEliminarEso creo Susana, exactamente... aunque a veces es difícil no agobiarse, no vale la pena agobiarse; somos humanos y no siempre se puede actuar de la mejor manera.
Eliminar¡Un beso!
Ahhh! Que cierto, a veces fallan las fuerzas, a veces es una especie de desidia y desgana absoluta, un "me importa todo un pito", no tengo ánimos para solucionar nada. Puede que las ganas vuelvan después, o puede que no y quede pendiente, entonces llega el resquemor.
ResponderEliminarBesos
Justamente: las ganas a veces se van, no porque haya enojo, no es "mal plan", es simplemente no tener ánimos de solucionar. Supongo que si no vuelven las ganas, hay que replantearnos salir de la situación, porque no va a resultar bien estar en algo, sin poner de nuestra parte, sea trabajo, amor o cualquier cosa... digo yo.
Eliminar¡Besos, Inma!