La presencia de los árboles se siente aunque no se les toque. Cuando están crecidos son fuertes. Cuando están llenos de hojas dan la impresión de que el movimiento provocado por el aire genera un universo en la copa del árbol, con todo un sistema de vida en el que los milímetros o centímetros ondeados son un recorrido de la hoja, como si no estuviera fija, por el mundo árbol.
Parece que los árboles comprenden todo tanto, que ni necesidad tienen de conocer. Como si hubieran estado ahí por siempre, aunque tengan un par de decenas de años.
Silvia Parque
Forman parte importante de nuestro entorno. Las hojas de los árboles eran mi juguete favorito de niña. Besazo
ResponderEliminarSí: ahora busco entornos donde estén.
EliminarHermoso juguete, Dolega :)
¡Beso!