lunes, 22 de julio de 2013

¿Las personas no cambian?

Todo lo que está vivo, cambia. Incluso quienes pasan por los años sin aprender, es decir: pensando exactamente lo mismo de la misma manera, en algo cambian. No se tiene la misma perspectiva antes y después de la experiencia de vivir, así que las personas cambian: dejan de creer que alguien es el centro de sus vidas, dejan de atascarse de carnitas con chicharrón, prefieren quedarse en casa cada vez más tiempo.

Pero efectivamente: es ingenuo suponer que el compañero de equipo que se hizo el tonto en una tarea, participará activa y responsablemente en la siguiente tarea, nada más porque lo dice. Es ceguera no ver el futuro violento de una relación amorosa que inició con violencia.

Habría que encontrar qué hace cambiar a las personas: el matrimonio, por ejemplo, probadamente no es un quita-malos-hábitos. No es sencillo. En muchas cuestiones, el cambio no es cuestión de "querer": el alcohólico no deja de beber sin algún tipo de ayuda. No hay recetas.

Silvia Parque

6 comentarios:

  1. Hay cambios que se producen sin darte cuenta, pero hay otros que es imposible forzar. Un beso.

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    1. Mejor no intentar forzarnos ni forzar :)
      Un beso, Susana.

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  2. Las personas van evolucionando, cambia su entorno, pueden cambiar sus prioridades, muchas veces forzados por las circunstancias, pero la esencia sigue ahí, lo que eres realmente, tus rasgos característicos no cambian, aunque trates de moldearlos, busca una situación límite y tu "YO" surge tal y como siempre fue, muchas veces para tu propio desaliento, creías haber conseguido superar ésto o lo otro, y descubres que sigues siendo y actuando como a los 17.
    Besos

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    1. También creo que la esencia de cada cual permanece, que eso no cambia; pero creo, y aquí es cuestión de fe, que esa esencia siempre va en mi provecho; todo lo que no sea en mi provecho es parte de los patrones que fueron configurándose en la construcción que hice de mí misma al crecer, desear, ser querida o no ser querida, etc, y puede ser cambiado. Ahora viene ya no la cuestión de fe sino de conocimiento: las formas de reaccionar como a los diecisiete años, incluso como a los tres años, esos modos que sorprenden aflorando en situaciones críticas, son la repetición de lo que no hemos trabajado en nosotras mismas, son el modo expansivo de expresarse de nuestros "hoyos", nuestras faltas; esos no se tapan, no se llenan; pero sí podemos resituarnos frente a ellos, y entonces una deja de ser y de actuar como no le conviene.
      ¡Besos, Inma!

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    2. Pues podría decirse entonces que yo he trabajado poco, pero no es cierto, hubo un tiempo en que trabajé mucho en mi misma, pero sin resultados satisfactorios, y me rendí. Supongo que trabajé pero no de la forma adecuada.
      Besitos

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    3. Es difícil. Puede tardar años y ser doloroso. Si lo trabajaste sola, puede ser que por eso no hayas tenido resultados satisfactorios; sea psicología, psicoanálisis, religión u otra cosa, la mayoría de las veces se necesita un "otro" para que "funcione". A veces, también lo que hay para elegir no es lo más apropiado, y entonces el proceso se complica.
      ¡Muchos besos, Inma!

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