lunes, 1 de julio de 2013

Decisiones vocacionales

Para Valeria

Al concluir la enseñanza media superior, hay que tomar decisiones vocacionales. Usualmente, quienes no iniciaron o no concluyeron este nivel educativo, pasaron de la escuela al trabajo sin mayor preámbulo. Dadas las posibilidades a las que da acceso un certificado de nivel medio superior, y las condiciones de vida asociadas a la población que lo consigue, al terminar el bachillerato o la preparatoria, suele haber una disquisición sobre la posibilidad de seguir estudiando o no. Si se sigue estudiando, hay que considerar si será cursando una carrera profesional, una carrera técnica, u otro tipo de formación. No seguir estudiando puede ser algo temporal o definitivo; para muchos, la única opción es trabajar, pero para otros es posible viajar o realizar servicio social -sin contar los casos en los que la situación familiar requiere asistir a adultos mayores, enfermos, etc-. Estoy haciendo referencia a jóvenes solteros sin hijos, porque terminar la educación media superior después de los veinte años, o bien, estando ya casado o casada, o siendo papá o mamá, plantea otra situación.

El momento de la decisión vocacional comienza desde la elección de la institución de enseñanza media superior; los bachilleratos suelen ofrecer una preparación técnica en un área específica, y los planes de una preparatoria o de otra, privilegian una u otra área de estudio. Pero es al egresar del bachilleres o de la prepa, entre los diecisiete y los diecinueve años, cuando hay que responder eso de "¿qué vas a ser cuándo seas grande?" No se trata de "qué vas a hacer", que es lo que se está en condiciones de responder, sino de "qué vas a ser". A una edad en la que se está descubriendo quién se es, y se está asimilando la noción de futuro, se plantea la necesidad de hacer una elección que determinará no solamente el ambiente de los siguientes años, sino lo que se va a estar haciendo, presumiblemente, el resto de la vida productiva. Así es la cosa: el calendario no se detiene a esperar. Pero nosotros sí podemos hacer pausas; al menos, respirar profundo y contemplar la situación en perspectiva.

En la medida de lo posible, hay que tomarlo con calma. Esperar un semestre o dos para hacer "la elección"; parece mucho tiempo cuando se está en medio de los compañeros de generación que ya han elegido y que avanzan; pero es casi nada cuando han pasado diez años. No se trata de extender la adolescencia con ensoñaciones; se trata de contemplar diversos caminos para ser una persona productiva y realizada. Conocer la experiencia de un trabajo operativo en el área de interés, estudiar idiomas, desarrollar habilidades informáticas, no son actividades de "relleno" para no estar sin hacer nada, pueden marcar un camino propio y conveniente, hacia la satisfacción.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. No se trata de "qué vas a hacer", que es lo que se está en condiciones de responder, sino de "qué vas a ser"
    Me gusta mucho esa frase. Realmente es una decisión trascendental. Un beso.

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    1. Sí, una decisión trascendental. No es para tomarse a la ligera, y sin embargo, habría que relajarse para tomarla :)
      Un beso, Susana.

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