Cómo se deslizan, despistando, el gusto hacia las ganas y las ganas hacia las ansias.
Qué fácil es deshacer el encanto de la moderación -que siempre es un encanto-.
Conviene encomendarnos a la Santa Intuición, porque en esto Don Raciocinio se hace líos.
Silvia Parque
Es cierto. Demasiado sencillo irse hacia los extremos, demasiado básico.
ResponderEliminarSin embargo, lo estaré mirando entendiendo el sentido de las palabras de otra manera, porque yo creo que es justo el instinto, y hablo de un instinto casi animal, el que nos hace extremarnos, y es D. Raciocinio el encargado de poner las cosas en su sitio. Cuanto más reflexionamos y menos nos dejamos llevar por el instinto, más sencillo quedarnos en el punto intermedio
¡Es que a mí el que me hace desvariar es ese mentado Don! Creo que mi corazón sabe exactamente cuando y cuanto; para mí, mi animalidad, que es mucha, es la que está bien que sea, así que no es excesiva, en cambio mi pensar y repensar y replegar lo pensado, sí que se pasa a menudo ;D
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