jueves, 2 de mayo de 2013

Dejar en paz a los haraganes

La cultura nos anima a estar haciendo algo; algo de provecho, de preferencia; pero de perdida, "algo".

He visto y oído a mamás muy preocupadas porque sus hijos pasan las vacaciones desocupados. "No hace nada", dicen. Aquí puede haber un mal uso de la palabra "nada", como cuando se aplica en alusión al hecho de ver televisión veinte horas al día, seis días a la semana, en cuyo caso, bueno fuera que la persona no hiciera "nada". Pero también hay casos en los que la mamá ocupada de toda la vida, no soporta que el otro no quiera ocuparse y que de hecho lo consiga. Claro que hay un desentenderse que carga al otro de tareas extra y eso no es justo; pero mientras la falta de hacer de alguien no haga que yo tenga que hacer más, ¿cuál es el problema? Aquí entra la necesidad de control: si el chico ya está grande para que le laven su ropa y la madre no deja de lavársela porque sabe que entonces su cría irá sucio por el mundo -o sucio de la cama al sillón-, es más importante que la madre entienda que el hijo no es extensión suya a que el chico grande aprecie la ropa limpia.

Cuando la criatura ya tiene unos años más que la primera década, habría que irle dejando en paz; la vida se encargará de moverle de su comodidad. Y si no se encargara, ¡pues que suerte!

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. A mí me encanta estar sin hacer nada, creo que es productivo porque da paz, pero debo luchar con el sentimiento de culpa que se me instala, así que he llegado a un acuerdo conmigo misma, planeo cada día, fijo mis tareas procurando dejar siempre tiempo sin cubrir, las hago y después me dedico mi rato a no hacer nada.

    Con las setas el tema es otro, pasada la primera década como tú dices, yo sólo pretendo que haga como yo, que planifique su tiempo, cumpla con sus cuatro obligaciones y a partir de ahí, es libre de no hacer nada, el problema es que si la dejas, ella lo hace al reves, no hace nada y luego ya sin tiempo debe acelerar para hacer lo que debe, mal y tarde.
    Me ha encantado la frase de "la vida se encargará de moverle de su comodidad", cuando me rindo con ella, un rato cada día, es lo que pienso siempre, y recuerdo que es justo lo que me ocurrió a mí, y bien que espabilé.
    Besos

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    1. Es que hacer nada es bien agradable... :D
      A mí usualmente no me importa si se quedan cosas por hacer que no me importan ;D la cultura pesa, y también a veces me siento un poco culpable por ellas, pero se me pasa muy rápido, y entre más "bien" esté anímicamente, menos llega la culpa. El problema es cuando el "hacer nada" se entromete con cosas que sí me importan. Esa culpa siempre llega, pero la culpa nunca ha servido para movilizarme :S Creo que podemos encontrar dos tipos de "hacer nada", uno que como dices, "da paz" y otro que "da culpa"... se merece una entrada...
      Creo que eres una mamá a todo dar, Inma. Al final, siempre espabilamos cuando nos llega el momento, ¿no? A lo mejor desde la perspectiva adulta, las setitas se tardan en aprender o en adquirir los hábitos que según nosotros hacen falta, y es nada más que son muy listas y aprovechan mientras pueden :)
      ¡Besos!

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