Cumpliendo una misión en la mesa del
coffe break sin café, decido tapar la caja de galletas para que las moscas no se posen sobre ellas. Pero no lo intentan: están ocupadas con las latas de refrescos, a pesar de que están cerradas.
Parece que el color les importa más que otras características. No se decepcionan de que las latas no sean comestibles.
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