Llega una edad, en la que el café en leche no sabe a café. También empieza una a darse cuenta, qué cosas hace Fulana, que provocan lo que le está pasando. Y empieza a importar el tiempo que se usa en dar rodeos...
¡No, si el sabor del café-café, o del café con leche, si lo siento! Es que este café en pura leche sabe más a dulcesito que a café :D :D pero tú no te preocupes :D :D ¡Saludos!
Los años y la experiencia te aportan cosas pero también te las van quitando. Un beso.
ResponderEliminarSí, Susana; lo bueno es que van quitando lo que ya no viene bien :)
EliminarUn beso.
Buena reflexión. Me preocupa lo del café, todavía no llegué a los 30, espero poder seguir sintiéndole el sabor... saludos!
ResponderEliminar¡No, si el sabor del café-café, o del café con leche, si lo siento! Es que este café en pura leche sabe más a dulcesito que a café :D :D pero tú no te preocupes :D :D
Eliminar¡Saludos!
¿Madurez que se llama? :D
ResponderEliminarBesazo
Un poquito de madurez me vendría bien, pue'que sí sea :D
Eliminar¡Beso, Dolega!