sábado, 9 de febrero de 2013

Para hacer con miedo

Fui miedosa. Pero también aprendí que puedo hacer, a pesar del miedo; entre otras cosas, lo aprendí con la siguiente experiencia:

El profesor de natación indicó que nos resbalaríamos a la alberca. Yo no era sobresaliente nadando; mis primeras clases de natación, años antes, habían sido un drama con escenas muy ridículas; mi relación con el movimiento corporal estaba marcada por un sufrimiento histórico en la clase de educación física, por no decir más. Así que escuché la indicación del profesor, con este background que describo. No era una orden. Pero vi a mis compañeras(os) hacerlo, y supe que no me faltaba ninguna característica para hacerlo también. Así que me incorporé a la fila que iba avanzando hacia el resbaladero. Tal vez fue la primera vez que usé una "táctica" conscientemente: no pensar: ni en llegar a la escalera, ni en subirla, ni en dejarme ir, ni en caer al agua, ni en cómo saldría; hice todo sin pensar. La táctica ha seguido probando su utilidad.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Comulgo con la táctica que indicas, Silvia. Ha de dar sus frutos en ese tipo de situaciones! Saludos

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    1. ¡Saludos, Cinéfilo Club! Después de escribir la entrada pensé que justamente, muchos adolescentes hacen cosas tontas sin precaución, porque no piensan en lo que están haciendo, en lo que van a tener que hacer después de lo que están haciendo, en lo que va a pasar, pero creo que se entiende que como "táctica", se usa con las cosas que dan un miedo-no-útil.

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