sábado, 26 de enero de 2013

Dejar en paz también a las cosas

Apretaba los cables, conectaba y desconectaba, los movía, cambiaba la posición del cargador, presionaba en un punto y en otro... La tercera vez que me vi haciendo eso el día de hoy, desconecté y lo dejé por la paz; unos diez minutos después, conecté. Sin presión, jalón o torcedura, se encendió el led que indica: "funcionando".

Aunque la cuestión central puede ser que resulta difícil encontrar la causa eficiente de algo, me detengo más bien en la bondad de la táctica de "dejar las cosas por la paz".

Silvia Parque

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