viernes, 23 de noviembre de 2012

Llorar

Yo no lloraba cuando era niña; habré llorado cuando tuviera que, pero en general no era llorona. No sé de bebé, porque fui dificilita; pero de niña grande: no.

Me volví llorona en la edad adulta. Pasé un rato adolescente llorando por mi amor platónico, pero era un llanto muy provocado, muy de performance vital. Ahora no: brota como broma hormonal. Hay canciones que de rigor me sacan lagrimitas (pocas veces me pasa con las personas -intimo poco y con pocas personas-).

Qué extraño gusto, poner canciones o películas para llorar; qué extraño que se sienta tan bien. Supongo que es el gusto por la intensidad; nos hace sentirnos vivos.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Hay un cierto placer en llorar cuando el dolor no es intenso. Es un desahogo emocional. Un beso.

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