Tuve una conversación al respecto y recordé que oí a algunas estudiantes quejarse del olor de la cafetería... como nunca he distinguido ni rastro de mal olor en la cafetería, me interesé y les pregunté a qué olía; dijeron que "a comida". Ellas mismas aclararon: "no es que huela mal"; pero según explicaron con otras palabras: debía no-oler.
Había pensado en el tema respecto a las personas, que se supone no deberíamos tener vello, grasa en la piel ni olor -yo no estoy de acuerdo-. La primera vez que pensé un buen rato en eso respecto a la comida, fue leyendo un ensayo de Octavio Paz que compara la comida mexicana y la comida gringa.
AQUÍ el vínculo a la página web de "La Superior", cuyo producto ha inspirado esta entrada. Me entero de que tienen 106 años.
Silvia Parque
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