Cuando era niña me daba pena saludar -creo que me daba pena existir-; pero terminé aprendiendo a saludar, inclusive a iniciar conversaciones. No soy una joya en habilidades sociales, pero ya no tengo esas pequeñas penas. Ahora hay otras.
Silvia Parque
Yo también era muy vergonzosa, pero creo que más o menos he hecho siempre lo que deseaba. Un beso.
ResponderEliminar¡Un beso, sin pena! :)
Eliminar