Puedo tomar de los mensajes lo que es para mí, y dejar lo que no es para mí. Por ejemplo, estoy por terminar un curso bíblico con una señora que es testigo de Jehová; casi todo el tiempo, lo que tomo no es lo que ella y el curso ofrecen. Por eso dice algo que este libro me alejara.
En los puntos que sintetizan lo que se encontrará en el libro, aparece explícitamente que el esposo es el jefe de familia: quien toma las decisiones. Justo ahora, atravieso un momento importante en la construcción de mi autonomía; por eso me hizo resonancia, y me alejó.
En nuestra pequeña comunidad de dos, no hace falta "jefe"; no nos subordinamos; ambos tomamos las decisiones. Claro que siglos de cultura pesan: mucho. Trabajamos en eso. Así caí en la cuenta de que, a pesar de que hay temporadas en las que gano más dinero que el hombre de la casa, nunca me he asumido como la responsable de mi manutención. Para allá voy...
Silvia Parque
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