martes, 20 de diciembre de 2011

Todo se oye desde aquí

Mi vecino de enseguida clava con ritmo. Un poco más allá, creo que en la siguiente casa, escuchan una estación de radio que transmite más o menos el pop comerdial que yo seleccionaría si escuchara canciones en la radio. Entro al blog y me encuentro con que los gadgets ocupan un espacio diferente al que los dejé ocupando: se recorren hacia abajo. No entiendo por qué. De esto, como de otras cosas, me hago explicaciones mágicas y trato de actuar conforme a ellas. Como A.M. Matute, soy supersticiosa en lo que respecta a mis propias supersticiones.

El vecinito de junto, clava en verdad con ritmo; como si la rara armonía que compone, tuviera la clave de los misterios del blog, de la lavadora, de la economía, mientras la radio persiste en la ordinariez de pasar por encima de lo bello y mágico de las cosas pequeñas, sin pelear, segura de que cuando el muchacho se detenga, ella va a seguir ahí, anunciando cosas y repitiendo canciones.

Silvia Parque

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