martes, 22 de noviembre de 2011

Yo, el cuerpo

Estar metida en un cuerpo que duele hace sentir que se está metida en un cuerpo. Resalta que la superficie del mismo, que su extensión delimitada, separan irremisiblemente del resto del mundo. Ni en el acto sexual es posible fundir, realmente, dos cuerpos. Cada cual el suyo. Como captar por primera vez la cuarta dimensión. Entonces me dicen que no estoy en el cuerpo, que soy mi cuerpo o con mi cuerpo o de mi cuerpo. Así si es posible fundirnos, pero qué cerquita queda eso de la muerte. No sé. Imagino las posibilidades y trato de palpar la actualidad de este cuerpo concreto mío. Me imagino, por ejemplo, embarazada. Me veo las manos (las líneas cambian y apareció una manchita). Recuerdo un lente de contacto perdido en un ojo y su regreso desde la parte de atrás. El ojo, terminal del cerebro, puerta, puente. Pienso en la identidad de mis centímetros extra, que niego como míos, pero son yo ahora [son míos].

Silvia Parque

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