jueves, 24 de noviembre de 2011

A la cama

Estoy de un cansancio que duele. Pero a gusto. La cabeza, que es taladrada por el efecto retardado del desvelo, se ha hecho un casco de dolor de manera que el taladramiento no lastima. 

Voy a dormir. Pero antes me meto hasta el fondo de la experiencia: ¿qué cuerpo es éste que me puse a mortificar? Ya no creo que sea mi recipiente.

Silvia Parque

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