viernes, 11 de noviembre de 2011

Aunque abandonada en su formalización, la Campaña sigue tomando forma

Voy a usar esto que aparece en la "Advertencia" de Las Memorias de Mamá Blanca (pp. 13-14 de mi edición, auspiciada por la UNESCO), para la campaña:
¿Por qué no aprendiste con mi piano viejo a errar sin disculparte? Mi memoria retrataba la vida, que es desaliñada, graciosa y torcida. La exhibes corregida en una forma que muy triste es asentirlo: no la favorece. Después de pecar por desobediencia y temeridad, como la mujer de Lot, me has negado varias veces por respeto humano, lo mismo que San Pedro. Podría decirte muy severamente: "Vete y no peques más", si no fuese porque juzgo imprudente anatemizar el pecado con demasiada violencia. Proscrito del mundo, su absoluta ausencia podría dejar tras él una aridez de desierto, pues, ¿qué valdría ya la vida sin la gracia del perdón y la indulgencia?
Silvia Parque

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