sábado, 10 de septiembre de 2011

Campaña por la abolición de la obligación de la felicidad

Hoy fui empujada a mi Campaña por la abolición de la obligación de la felicidad, tan anunciada desde el inicio del blog y cuyo lema ha sido dado a conocer en días recientes. Tal vez sea mi misión en la vida.

Postea Livier Fernández en Facebook: "Lo que existe a nuestro alrededor es 'forma' que puede percibirse y por tanto, leerse...", declaro que he sido un caso de analfabetismo funcional y comenta: "todos somos un caso, Silvia, puesto que tales lecturas están atravesadas por nuestros fantasmas".

Desde otra ciudad, sobre otro asunto, en otro muro, comenta Ivette Rossano: "Cuando alguien (quien sea) pretende que un humano esté despierto, alerta y en pleno uso de sus facultades por 24 hrs o + debería de asumir que algo está mal y que el individuo: a) consumirá intoxicantes para mantenerse despierto b) dormirá c) estará como zombie d) le valdrá madre e) todas las anteriores. Tons' que se atengan a las consecuencias, ¿no?"

Aparece, entonces, desde el BB de una amiga, un post al que le sigue una llamada; entre otras cosas, me habla de lo que debería haber logrado, a sus ya 29 años.

¡Pero si todos somos un caso!
¡Si el mundo está arreglado para que creas que podrías hacer cosas que no se pueden, que no se pueden humanamente, pues, que no se pueden humanamente si pretendes pasarla bien!
¿"Soy un casi condenado a tener éxito para no ser un perro fracasado"? "Yo sólo quiero jugar" ¿Que soy el sueño de mamá y papá? Sí, si les puedo fallar.  [De: "Cuando seas grande", Miguel Mateos]

Silvia Parque

No hay comentarios:

Publicar un comentario